Solo un día después de que los responsables del hospital Quirón de Madrid emitieran un comunicado para informar de los “satisfactorios” progresos realizados por el rey emérito en su proceso de recuperación tras la compleja operación quirúrgica a la que se vio sometido la semana pasada, Juan Carlos I ha recibido este martes más visitas familiares al tiempo que se preparaba para abandonar la Unidad de Cuidados Intensivos y pasar a planta: un cambio que se ha producido alrededor de las doce del mediodía, hora peninsular española. Como han podido registrar los numerosos reporteros gráficos que se encuentran a estas horas en la entrada del centro médico, la reina Sofía ha sido la primera en hacer hoy acto de presencia y, aunque se ha limitado a saludar a los periodistas con la mano, su sonrisa dejaba patente la tranquilidad con la que afronta en estos momentos la “rehabilitación” de su marido, la cual no ha dejado de arrojar resultados positivos.
Solo unos minutos más tarde, era la infanta Elena, primogénita de los monarcas eméritos, quien aparecía en las inmediaciones del centro médico junto a sus hijos Froilán y Victoria Federica para seguir de cerca la evolución de su progenitor. Ella misma ha admitido con total sinceridad que no sabía cómo se encontraba don Juan Carlos al margen de los tranquilizadores datos ofrecidos por la gerencia del hospital.
En el último parte médico compartido ayer lunes, Lucía Alonso, directora territorial de la cadena de hospitales Quirón, aseguraba que la intervención quirúrgica que se le había practicado al rey, nada menos que un triple ‘bypass’ coronario, seguía dando sus frutos y que, de hecho, ya había dado paso a la fase de retirada del “soporte vasoactivo”. La “respuesta hemodinámica” ofrecida por el padre de Felipe VI había sido “buena” y, tras iniciar los primeros ejercicios de fisioterapia cardiorrespiratoria, el anterior soberano había empezado a tolerar la dieta blanda e incluso dado sus primeros pasos.
