Las luces de Las Vegas brillaron más que nunca la noche del 11 de julio, cuando los Backstreet Boys inauguraron su esperada residencia de verano en la ya legendaria Sphere, el recinto más impresionante del momento.
Titulada Into the Millennium, esta serie de conciertos marca no solo el regreso triunfal de una de las bandas más queridas de los noventa, sino también un nuevo capítulo en la historia del entretenimiento en vivo.
Con fechas programadas para los días 11, 12, 13, 18, 19, 20, 25, 26 y 27 de julio, la residencia promete ser un festín de nostalgia, tecnología y música para los fans de todas las edades.
Un escenario como ningún otro
Construida con una inversión de 2,300 millones de dólares, la Sphere es una maravilla arquitectónica y tecnológica que ha revolucionado la experiencia de los conciertos. Con 1.2 millones de luces LED —cada una del tamaño de un disco de hockey— recubriendo su superficie, la esfera puede proyectar imágenes inmersivas que acompañan cada nota musical con un despliegue visual sin precedentes.
Durante el show inaugural, imágenes caleidoscópicas, cielos estrellados y coreografías digitales en 360 grados envolvieron al público en una experiencia sensorial total. Los visuales de la Sphere no solo complementaron los éxitos clásicos como I Want It That Way y Larger Than Life, sino que los elevaron a una nueva dimensión.
Backstreet’s back (y mejor que nunca)
Nick, AJ, Brian, Kevin y Howie demostraron que siguen en plena forma. Con voces impecables, coreografías icónicas y una producción que fusiona pasado y futuro, los Backstreet Boys ofrecieron un espectáculo que reafirma por qué siguen siendo una de las bandas más queridas del pop mundial.
Desde su llegada al escenario hasta los momentos más íntimos con el público, el grupo mantuvo una conexión vibrante con los asistentes, quienes no dejaron de cantar, gritar y bailar durante más de hora y media de espectáculo.
Una experiencia que trasciende generaciones
Into the Millennium no es solo un viaje nostálgico para quienes crecieron con ellos; es también una experiencia sensorial de última generación que convierte cada canción en un espectáculo cinematográfico. Para los fans, jóvenes y adultos, asistir a esta residencia en la Sphere es vivir la historia del pop en el escenario del futuro.