Por Mario P. Székely (desde Hollywood)
Los Ángeles, California — Cuando la mexicana Victoria Villasana recibió la llamada de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográfcias, encargada de entregar el Oscar este domingo 25 de abril, pronto la idea de ser parte del cartel promocional de la edición 93 del premio a lo mejor del cine, le colocó una sonrisa que sólo la magia del cine provee.
Villasana, cuyo estudio está en Guadalajara, Jalisco, fue invitada por la Academia como parte de un grupo selecto de siete artistas, de distintos países y con identidad propia como diseñadores. Temi Coker de Nigeria, Petra Eriksson de Estocolmo; pero con base en Barcelona, Michelle Robinson de Corea del Sur y que vive en Los Angeles; Karan Singh de Australia y Shawna X de Nueva York, acompañan a la mexicana, vistiendo cada quien con su estilo a Oscar en un cartel tipo mosaico.
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CARAS: La Academia anunció que su campaña para este Oscar 2021 sería «Trae tu amor al cine contigo». ¿Cómo se contacta la Academia contigo?
Villasana: Creo que fue algo super espontáneo y orgánico. De repente, recibí un e-mail y me dijeron: «Nos gusta mucho tu trabajo. Tenemos este proyecto para el 2021 de hacer que la campaña la hagan artistas de diferentes partes del mundo. Tenemos espacio para siete y nos gustaría que tú fueras uno de ellos».
CARAS: ¿Cómo defines tu técnica como artista textil?
Villasana: Esto inició como un hobby. Ahora ya me llevo dedicando a esto desde hace 5 a 6 años. Empecé experimentando haciendo collage; y de ahí inicié a agregarle hilos, vacié esta parte súper mexicana mía. Busqué hacerla mucho más colorida, con hilo más grueso. Creo que fue muy orgánico y experimental a la vez. A esta técnica se le llama intervención de fotografía. Mucho de lo que me gusta experimentar en mi arte son estas paradojas en la experiencia humana; sobre todo, por ejemplo, en el caso de la historia y la tradición, y luego el futuro. El futuro y lo contemporáneo.
Por ejemplo, en la fotografía, juego con esta parte de ver hacia el futuro de algo más contemporáneo con los textiles; que es algo tradicional de México. Aparte, me gusta también mezclarlo a veces con cultura pop; ésta para mí es una manera de conectarnos con otros, a través de esas emociones y nostalgia que a veces sentimos por parte de la cultura pop. Creo que todo esto rompe con barreras culturales o políticas.
Y con el Oscar, a mí me dieron la libertad… Nos mandaron fotos de la estatuilla de diferentes ángulos y todo. Y nos dieron esa libertad de: «ustedes escojan lo que quieran».
Obviamente, sí nos pidieron un boceto. Yo les mandé tres propuestas y ellos eligieron ésta.
CARAS: ¿Cómo eran esas propuestas que mandaste a la Academia?
Villasana: La que al final eligieron, para mí, era representar tanto una mirada futurista, como la parte textil; pero no usando los patrones tradicionales indígenas, sino como algo un poco más geométrico, más contemporáneo. Aparte, para mí, los círculos y estas figuras flotantes representan los inicios de lo que es la imaginación; o sea, como una proyección. Y aparte usé los 5 colores alquímicos (negro, blanco, amarillo, rojo, azul), que son el principio de la creación de todos los colores y de muchas cosas.
CARAS: Se dice que la Academia se acercó a cada uno de los siete diseñadores preguntando: «¿Qué es lo que el cine significa para ti?» Así que, ¿cómo te relacionas tú con el cine?
Villasana: No me considero una “nerd” del cine; pero siempre me ha gustado el cine que propone cosas, que es visualmente súper bonito, que se fija en la fotografía, en el vestuario. Me gusta sobre todo el vestuario, porque trabajé antes en moda y me fijo mucho en ello, al igual que la fotografía.
Por medio del arte nos transferimos a otros mundos y otros tiempos; pero también, nos podemos poner en los zapatos del otro, de una manera muy puntual. A mí por ejemplo, todas las películas que me dejan reflexionando, me llaman mucho la atención.
CARAS: Dices que llevas de 5 a 6 años en esto. Cuéntanos un poco de ti.
Villasana: Yo realmente estudié diseño. Viví en Londres 15 años. Estuve trabajado en moda y esto del arte textil lo hacía de hobby. A la gente comenzó a gustarle y como que la bolita comenzó a rodar, y ahora me dedico a esto por completo. La exploración me llevó a esto; a la gente comienza a gustarle tu trabajo, empiezas a experimentar más, juegas con marcas, interactúas con otros artistas. Todo mi trabajo me llega por Instagram.
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CARAS: ¿Por qué te gusta trabajar con textiles?
Villasana: Una de las cosas por las que me gusta trabajar con el textil, es porque ahorita muchas mujeres están utilizando el textil de una manera obviamente no tradicional —no haciendo flores que era lo de antes—, sino expresando otras cosas, otro tipo de esculturas. Pero todo eso con este medio más suave, que antes se veía como el trabajo de la abuelita o sólo para mujeres. A mí se me hace súper poderoso que mujeres lo estén retomando y proponiendo cosas diferentes, que no se vea nada como una actividad para bordar servilletas o manteles.
CARAS: Hay una magia colorida en la manera que usas los materiales textiles. Es como si dieras brochazos con el estambre.
Villasana: Eso es padre, porque creo que la gente se siente así conectada a lo que hago. Creo que en todas las culturas ha habido esta parte textil. Entonces todo mundo tiene una tía, una abuela. Siento que transmite una especie de pertenencia. Siempre que ves una cobijita colorida, te hace sentir como arropado. Siento también que la gente conecta. Aparte me gusta que es muy femenino. Me encantan, por ejemplo, las esculturas textiles que mujeres y hombres están haciendo. Son muy suaves. Sensuales. Al contrario del bronce, que es más rígido. Esa contradicción me gusta mucho.
CARAS: Eres una artista cuyo arte ya viaja, pero ¿cómo seguir encontrando inspiración?
Villasana: Creo que la mejor manera para crear cosas, aunque a veces no te salgan bien, es conectarte con ese niño interno. No querer controlar o apostar por el ego. Creo que con este material textil me dejo fluir más —en comparación con artes como la pintura—, porque lo disfruto. Es como cuando eras niño y agarrabas los crayones y no estabas buscando lo perfecto, sino fluir y dejar ir la imaginación.
