Alfonso Herrera reflexiona sobre la desigualdad de género

Alfonso Herrera

El actor nos comparte, mediante su propia pluma, cómo es generador de un cambio positivo a través de distintos proyectos actorales.

Por Alfonso Herrera @ponchohd

Existe un pacto patriarcal del que se habla poco. Es aquel que durante siglos ha extendido los estereotipos del machismo, que solapa y normaliza las conductas de desigualdad y desprecio a todo lo que no entre en la definición de ‘masculinidad hegemónica’. Este pacto no solo afecta a las mujeres, daña también a los hombres cuando no se permiten ser sensibles, a la comunidad LGBT+ y a toda persona que no se identifique con la idea socialmente construida de lo que es ser un hombre.

El patriarcado y su pacto han resultado cómodos para muchos hombres, porque permite prolongar su dominio y poder en la sociedad. Existe en todas partes, aunque no seamos conscientes de ello. Está en la música, en los chistes, en las redes sociales, en la publicidad, en los medios de comunicación, en el lenguaje que usamos todos los días. Pero el mundo nos demanda cambiar. Nos exige ser más responsables en lo que consumimos y en cómo lo hacemos. Nos grita que debemos dejar los egos a un lado. Nos pide evolucionar.

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Alfonso Herrera

Emiliano Zurita y Alfonso Herrera en la cinta ‘EL baile de los 41'. Foto: Cortesía

Generalmente, el cambio asusta, aunque una buena forma de vencer el miedo es que nosotros mismos seamos esa transformación. Es un reto, y a veces también, es una provocación. Durante años, con este mismo juicio, me he negado a permanecer inamovible, a sabiendas que eso incomoda, molesta o enfada. Pero la industria del entretenimiento también está obligada a cambiar, a transformar sus narrativas, a mejorar sus contenidos, y yo he elegido ser parte de ese cambio.

CONTENIDOS Y PLURALIDAD

El baile de los 41, película dirigida por David Pablos que se estrena en noviembre, explora un evento histórico que debería confrontarnos. La cinta, en la que comparto créditos con Emiliano Zurita y Mabel Cadena, relata la historia de Ignacio de la Torre y Mier, quien lleva una vida clandestina por ser gay, mientras que públicamente es un prolífico empresario, político y el yerno perfecto del presidente Porfirio Díaz.

Hay muchas temáticas que rondan en el filme, las cuales siguen vigentes en nuestra sociedad, como son la homofobia, la discriminación o el ímpetu por ‘guardar’ las apariencias. Valdría la pena preguntarse, entonces, qué hemos hecho desde 1901 para garantizarlos derechos de la comunidad LGBT+ y también de las mujeres. Y es que todo nuestro sistema de valores está condicionado por esa heteronormatividad, lo que dificulta que tengamos sociedades más justas y, por ende, personas más plenas y libres.

¿Me cuestionarán por haber hecho esta película? Sin duda. Lo mismo pasó en 2015, cuando se estrenó Sense8. ¿Incomodará? Absolutamente, pero entonces tendríamos que detenernos a pensar por qué molesta tanto. ¿Temo que me encasillen por haber interpretado ya a dos personajes homosexuales? No. En el pasado me han etiquetado por ser un frívolo actor de telenovelas o un artista plástico, así que me han encasillado tantas veces que tal vez ya no haya casillas para mí. ¿Vale la pena arriesgarse a tomar estos papeles? Sí, vale la pena en la medida que me permita cambiar y no permanecer en una zona de confort.

Alfonso Herrera

Alfonso Herrera. Foto: Esteban Calderón

Después del estreno de El baile de los 41 llegará al cine Me casé con un idiota, del director Batan Silva. Esta comedia romántica, que protagonizo junto a Paulina Gaitán, cuenta la historia de Iñaqui, un famoso actor que encuentra el amor en Flor, una actriz novata y desconocida, quien pronto descubre que se enamoró del personaje del set. Una de las cosas que más me gusta es que el papel de Iñaqui es un idiota, no porque sea frívolo o superficial, sino porque es completamente egoísta, pero se transforma para descubrirse vulnerable, con defectos y con miedos. Lo que lo hace encantador es precisamente que es un hombre que se permite sentir, que realmente se permite reconocer y rectificar.

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En diciembre se estrena Los Croods 2: una nueva era, película animada en la que presto mi voz a Guy, un chico innovador, astuto y creativo, que no le teme a lo desconocido. En la primera entrega, Guy nos enseñó que el que no se mueve, se muere. Ahora, junto a toda su tribu, nos demostrará que para lograr superar las dificultades es mejor trabajar en equipo, ser buenos aliados y vencer las diferencias.

Tres hombres, tres personajes diferentes que, con el enfoque de las nuevas masculinidades, nos revelan algo muy importante: hay tantas formas masculinas como hombres hay. Es decir, no hay una sola vía de ser hombre y mientras más pronto nos alejemos de nuestras ideas preconcebidas sobre ello, más fácil será transitar hacia relaciones sanas, equilibradas y justas.

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Alfonso Herrera. Foto: Esteban Calderón

NADIE NACE DECONSTRUIDO

La única forma de lograr un cambio es revisar, analizar y aceptar el pasado para poder transformarlo, porque nadie nace deconstruido. Las sociedades, las comunidades y las familias nos educan conforme a una serie de valores comunes, los cuales pueden normalizar conductas tóxicas, como el machismo, la discriminación, el racismo, el clasismo. Estar inmerso en un marco normativo tan controlado dificulta el camino para ser conscientes. Por eso, el patriarcado pasa casi inadvertido para hombres y mujeres, porque hemos normalizado un sinfín de conductas que a simple vista parecen no causar ningún daño.

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A inicios de mi carrera, por ejemplo, formé parte de proyectos que cosificaban a la mujer, reforzaban estereotipos clasistas o, peor aún, sexualizaban a menores de edad. Y sí, he tenido que reeducarme, deconstruirme, para dejar de normalizarlo, porque, al igual que millones de personas en el mundo, estaba acostumbrado a este tipo de contenidos sin cuestionarlos. Pero no podemos aspirar a ser mejores si no empezamos por responsabilizarnos, si nos empeñamos en vivir en el pasado, si repetimos fórmulas añejas. No podemos ni seremos mejores si no queremos trascender.

Alfonso Herrera

Alfonso Herrera. Foto: Esteban Calderón

Muchas de las nuevas audiencias, por fortuna, empujan cambios en los contenidos porque perciben el mundo con otros ojos. Quienes estamos en esta industria tenemos la obligación y la necesidad de responder a las demandas de una sociedad cambiante, una sociedad que, ojalá, tenga más idea de la justicia, de la igualdad, de la equidad.

Hay una cosa que tengo clara y es que la comodidad a mí me incomoda. Me incomodan los estereotipos y los prejuicios. Me incomoda el pacto patriarcal y el machismo. Me incomoda la rigidez. Me incomoda dejar de sorprenderme. Me incomoda la normalización del conformismo. No, no le tengo miedo al cambio. Me aterra no poder reinventarme, quedarme estático y no crecer.

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