El actor no puede disfrutar de esta época navideña debido al fallecimiento de su madre.
De cara al período navideño, el actor Antonio Banderas ha decidido seguir trabajando en el rodaje de su serie ‘Picasso’, con una puntual visita a España entre medias para acudir a la fiesta de la marca Porcelanosa celebrada en su Málaga natal, para mantener la mente ocupada tras sufrir hace unas semanas el duro golpe que supuso el fallecimiento de su madre.
“Triste”, resume el malagueño en una solo palabra cuando le preguntan cómo está viviendo estas fiestas, “por la desaparición de mi mamá, esa es la verdad.
Las navidades siempre suelen ser así, muy melancólicas porque de alguna forma se acuerda uno de los que no están, aunque mi madre no se ha muerto, se ha disuelto.
Se fue disolviendo durante los tres o cuatro últimos años de su vida porque tuvo esa enfermedad terrible que es el Alzheimer, donde los recuerdos se van disolviendo y la vida se va convirtiendo en algo invisible”, añade en conversación con la revista ¡Hola!
En los duros momentos que siguieron al fallecimiento de doña Ana, el intérprete contó con el apoyo de su única hija, Stella del Carmen, quien también le ha arropado en la medida de lo posible en estas fechas, dividiéndose para pasar tiempo tanto con él como con su madre, Melanie Griffith.
“Ha venido antes y va a venir después de las navidades, hemos acordado ya este año que vaya a Aspen porque probablemente la casa que fue nuestra se venda y son las últimas navidades que va a pasar allí, entonces la madre le ha pedido que vaya con ella y me parece muy bien. Pero vino a verme, ha estado conmigo hace una semana en Budapest, durante nueve días, y después de Reyes probablemente vuelva a visitarme a Budapest. Después yo ya me iré a Malta y ella a Estados Unidos con sus estudios”, adelantó, antes de matizar que su relación con su exmujer y madre de Stella sigue viéndose definida por la cordialidad.
“Si, si, nos mantenemos. Yo me hubiese ido a Aspen, porque ella nos invitó a ir este año allí, porque Aspen no es solamente una casa, son tres: una grande y dos más pequeñas en la misma propiedad. El problema es que yo si voy a Aspen es para esquiar, ponerme los esquís y tirarme a tope, pero no puedo porque estoy rodando y no me dejan las aseguradoras y no puedo cometer esa irresponsabilidad”, aseguró.
Respecto a sus planes de cara al 2018, el intérprete tiene las miras puestas en seguir trabajando ahora que se encuentra totalmente recuperado del infarto que sufrió a principios de este año -"una alerta roja importante”, como lo define él- y que le llevó a cuidarse más, dejando por ejemplo el tabaco, para “no morirse en vida”.
“Han pasado cosas muy interesantes este año, y una de ellas es la que estoy viviendo ahora con Picasso, un sueño acariciable desde hace tiempo y un personaje, curiosamente, muy misterioso; a pesar de ser muy conocido, se conoce muy poco de su personalidad y de cómo era”, asegura sobre ese ilusionante proyecto.
Y en lo que respecta a una posible boda con su actual pareja Nicole Kimpel, Antonio se muestra tajante, asegurando divertido que “las bodas son muy caras”.“Yo estoy muy bien como estoy, y creo que ella también. Como decía Mario Benedetti, no necesitamos firmar cien papeles grises para amar”.