La modelo australiana se vio envuelta en un caso de malversación de fondos al recibir costosos obsequios de parte de un financiero asiático.
La modelo Miranda Kerr se vio implicada la semana pasada, indirectamente y evidentemente sin pretenderlo, en un llamativo caso de malversación de fondos públicos tras constatarse que buena parte de los costosos regalos con los que le había venido agasajando un financiero asiático llamado Jho Low no eran más que el resultado de la apropiación indebida de millones de dólares propiedad del estado malasio.
Por ello, la estrella de las pasarelas no ha dudado ahora en deshacerse de todos estos bienes -principalmente valiosas piezas de joyería- y hacer entrega de ellos a las autoridades estadounidenses que han abierto una investigación criminal contra el acusado.
Fue el propio representante de la modelo australiana quien se encargó de revelar que todos estos artículos están ya en poder del Departamento de Justicia de Estados Unidos y que, al margen de su posible origen ilícito, servirán para determinar el alcance del presunto fraude que se le atribuye a Low a cuenta de su particular gestión de este dinero público.
Sin duda, entre todos ellos destaca un sofisticado colgante de diamantes de ocho kilates cuyo precio se estima en unos cuatro millones de dólares, casi la mitad del total de 8.1 millones en que se cifra el valor de todos los accesorios que ha devuelto, en palabras de su portavoz, para demostrar sin ambages que está dispuesta “cooperar” en todo lo posible con las autoridades con el objetivo de esclarecer cuanto antes las circunstancias de tan turbio asunto.
“Desde que se abrió el caso, Miranda Kerr ha cooperado al máximo con el gobierno y ha prometido devolver todos los regalos y las joyas recibidas. La señora Kerr seguirá colaborando con las autoridades en todo lo posible durante el transcurso de la investigación”, reza parte del comunicado público que ha emitido su equipo.
Miranda Kerr, ex esposa del actor Orlando Bloom, con quien tiene un hijo de cinco años, y actual esposa del fundador de Snapchat Evan Spiegel, no es la única celebridad que se ha visto salpicada por las ramificaciones de este escándalo, ya que hace solo unas semanas salía a la luz que el oscarizado Leonardo DiCaprio se había desecho rápidamente de algunas de sus posesiones más preciadas, entre ellas una de las dos estatuillas doradas que recibió Marlon Brando hace más de cuarenta años y un cuadro de Pablo Picasso, después de que se dieran a conocer las supuestas maniobras delictivas que habría llevado a cabo Jho Low.
A pesar de la plena colaboración que en este sentido han demostrado las dos estrellas, el Departamento de Justicia todavía está intentando recuperar cerca de mil millones de dólares en activos -la mayor parte de ellos integrados en la fortuna personal del acusado- y hace solo unos días anunciaba que se había hecho con los derechos de explotación de producciones de Hollywood como El lobo de Wall Street -protagonizada curiosamente por DiCaprio- al descubrirse que la productora responsable del filme era propiedad del hijastro del primer ministro malasio Najib Razak, quien estableció el citado fondo de inversión estatal y, por tanto, también está implicado en las pesquisas.
El gobierno estadounidense estima que la suma total que habría sido sutraída por Jho Low y reconvertida en todos estos bienes rondaría los 4 mil 500 millones de dólares.
