Alejandro G. Iñárritu y su equipo vivieron experiencias inolvidables y difíciles durante la filmación de la cinta.
“The Revenant” o “El renacido” es una película basada en la novela “The Revenant: A Novel of Revenge” escrita por Michael Purke. En ella se narra la historia real de Hugh Glass, un destacado trampero que se dio a conocer por sus hazañas en el Oeste de Estados Unidos en la primera mitad del siglo XIX y por sobrevivir al ataque de un oso.
Por poco, DiCaprio pierde la oportunidad de convertirse en el protagonista de The Revenant pues tenía la propuesta de protagonizar Steve Jobs. Afortunadamente, varios factores orillaron a DiCaprio a probar suerte con Iñárritu.
Alejandro González Iñárritu volvió a elegir a su pareja de trabajo ideal, Emmanuel Lubezki. Para “The Revenant”, El Chivo probó que su labor demostró todo su profesionalismo pues tuvo que enfrentarse al difícil reto de filmar al aire libre y sin ningún tipo de ayuda de iluminación artificial, donde las condiciones climatológicas jugaron en su contra. Además, Lubezki tuvo que solucionar la complicación del clima ya que cada que los personajes que miraban al lente, lo empañaban con su respiración. ¡Es un grande!
Vaya que la película tuvo dificultades, una de ellas fue que el clima no jugó a favor de “The Revenant”. Inicialmente se comenzó a grabar en varios lugares de Canadá pero en julio de 2014 el equipo tuvo que trasladarse a Ushuaia, Argentina, para terminar de rodar las escenas que, por falta de nieve, no pudieron realizarse en el país de Norteamérica. Esto hizo que el presupuesto se aumentara de $95 millones de dólares a $145 millones.
“The Revenant” también estuvo rodeada de polémica y todo por las situaciones extremas en las que fue filmada. El año pasado, The Hollywood Reporter dio a conocer que la mitad del equipo había renunciado luego de sufrir por las condiciones climatológicas inclementes. Por esta razón, Iñárritu declaró durante la entrega de los Golden Globes:
“No se trata de presupuesto o ambición, cada película es muy difícil de hacer y esta es la aventura más difícil en la que me he embarcado. El dolor es temporal, pero esta película es para siempre”.
Jim W. Skotchdopole fue otro de los nombres que se añadieron a la película, pues el productor le quedó un poco mal al mexicano Alejandro G. Iñárritu. Todo se debió a que Skotchdopole planeó mal la producción lo que los llevó a tener un malentendido a la hora de buscar una locación, por lo que tuvo que ser sacado del proyecto y remplazado por Mary Parent, quien tiene gran experiencia por estar detrás de la producción de Titanes del Pacífico y Godzilla. Al respecto, Iñárritu declaró: “Como director, si identifico a un violín que está fuero de tono, yo tengo que tomar las riendas de la orquesta”.
Otro de los grandes valores fotográficos y laborales de la película recae en que Iñárritu se negó a usar pantallas verdes para los efectos y locaciones. “Si terminábamos delante de una pantalla verde con café y pasándola bien, todos habríamos sido felices, pero seguramente la película habría sido una mierda”, expresó Iñárritu.
