En un reciente podcast, José Manuel López Velarde, escritor y director de Mentiras, compartió una de las anécdotas más comentadas —y poco conocidas— detrás del icónico musical mexicano que debutó en 2009. La historia involucra a Mariana Treviño, quien interpretó a “Lupita” en la puesta original, y a Natalia Sosa, encargada del personaje de “Daniela”.
Todo empezó bien, hasta que llegó el estreno
Según López Velarde, durante los ensayos previos al estreno, el ambiente entre el elenco era inmejorable. Sin embargo, una vez que el público comenzó a reaccionar, la popularidad inmediata del personaje de Lupita —interpretado por Treviño— desató tensiones en escena.
A pesar de que las cuatro protagonistas son fundamentales en la historia, el personaje de Daniela suele ser considerado el más central, al ser quien más canta y lleva parte del hilo conductor. No obstante, la energía carismática de Mariana Treviño robaba la atención del público, incluso de forma inconsciente.
Una rivalidad creciente
El propio autor relata que tuvo que conversar con Mariana para pedirle que regulara su presencia escénica. “El aprendizaje de Mariana fue ese: saber cuándo ceder el foco, cuándo no es tu momento de brillar y lanzar la luz hacia tus compañeras”, comentó.
Pero el conflicto fue más allá del escenario. Natalia Sosa llegó a declarar que Treviño le robaba el foco a propósito, señalando incluso que su vestuario era demasiado ajustado y que en ocasiones “se le veían los calzones”, insinuando que lo hacía deliberadamente para destacar.
De los aplausos… al caos transbambalinas
La tensión entre ambas actrices fue escalando hasta explotar en una función donde, según López Velarde, se enfrentaron a gritos detrás del escenario al grado de que el público alcanzó a escucharlo. El altercado se tornó tan serio que tuvieron que intervenir para separarlas y evitar una confrontación física.
A pesar de la intensidad del relato, el director concluyó con una reflexión valiosa:
No importa quién es la protagonista. El verdadero protagonista es la obra misma.
