La atleta sufre una enfermedad degenerativa incurable y ya piensa en el día que quiere dejar de vivir
Con la mitad de sus cuerpo paralizado, una visión reducida al 20% que se agudiza con dolores intensos que le impiden conciliar el sueño por las noches, Marieke Vervoort, la cuatro veces medallista paralímpica medita sobre el día que quiere dejar de vivir y pedirle a un médico que le aplique la eutanasia.
Marieke padece una enfermedad degenerativa incurable que la obliga a vivir con dosis de morfina para aliviar sus dolores en una cama de hospital cercano a la ciudad de Bruselas. La atleta belga abandonó sus estudios a los 20 años cuando un dolor en un pie, que después se extendió a la rodilla, la dejó en silla de ruedas.
En busca de hacer realidad sus sueños se preparó para representar a su país en unos jugos paralímpicos y se hizo acredora de cuatro medallas: una de oro y una de plata, en los Juegos de Londres 2012 y una de plata y bronce, en Río 2016.
No estoy asustada. Para mi morir es como dormirse y no volver a despertar nunca. Dormir y no volver a sentir dolor nunca más. Lo único que me inquieta es ponerle fecha. Elegir el día en que quiero morir es muy difícil
Postrada en la habitación 208 del hospital de Diest, de la ciudad belga, Vervoort aún tiene una lista pendiente por cumplir, y es que no quiere fijar el día de su muerte sin antes hacer un vuelo acrobático, viajar a Japón, organizar un museo consagrado a su memoria y festejar el último cumpleaños de su mamá.
Zenn, se ha convertido en la inseparable amiga Marieke, una perrita entrenada para avisar de sus ataques epilépticos y acompañarla durante las horas que pasa en el hospital.
“No tengo miedo de morir”, cita el periodismo El País, recordando la entrevista en la que la atleta dio a conocer que en 2008 firmó los papeles que le permite solicitar la eutanasia cundo lo desee, “he vivido cosas que la mayoría de la gente sólo puede soñar”, dijo en entrevista al medio español.
Medallista paralímpica en Londres 2012 y Río 2016
Su mamá, Odette Pauwels, asegura que no quiere perderla, pero mucho menos que sufra, respeta se decisión y aunque no sabe cómo va reaccionar cuando llegue el momento lo importante es que su hija ya no sufra más.“Cuando llegue el momento voy a tener miedo. No sé cómo voy a reaccionar”, dijo Odette al medio español.
¿Cuánto dolor es suficiente para decir basta?, el dilema que plantea el periodista español, Álvaro Sánchez en su entrevista para El País, sobre la vida de la atleta que se vistió de gloria en los estadios olímpico y ahora busca la fecha en el calendario el día en que recibirá la última inyección de su vida.
