La historia de Grupo Bimbo no se puede entender sin el nombre de Roberto Servitje Sendra. Aunque su figura muchas veces se mantuvo fuera del reflector público, su trabajo fue decisivo para que una empresa familiar se convirtiera en uno de los grupos panificadores más grandes del planeta.
Nacido en la Ciudad de México en 1928, fue uno de los primeros empleados de la entonces joven panificadora fundada por su hermano Lorenzo. Con apenas 17 años, inició como supervisor de ventas y pronto demostró tener una visión estratégica única: creó el Departamento de Vehículos y desarrolló rutas clave para la distribución de productos, sentando las bases logísticas de la compañía.
Un constructor de crecimiento
En 1954 asumió la tarea de abrir operaciones en la región Occidente, con sede en Guadalajara. Allí no solo consolidó la marca en nuevas ciudades como León y San Luis Potosí, sino que también impulsó la construcción de una planta en 1956. Su habilidad para hacer crecer la empresa lo llevó a ocupar cargos de cada vez mayor responsabilidad.
Tras cursar un programa ejecutivo en Harvard en 1969, regresó a México con una perspectiva más amplia. Fue Subdirector de la organización durante casi una década y en 1979 fue nombrado Director General. A partir de entonces, lideró una etapa de expansión sin precedentes.
De empresa nacional a marca global
Durante su gestión, el número de empresas operadoras del grupo pasó de 13 a 50. Fue un periodo de crecimiento sostenido que permitió a Bimbo cruzar fronteras y consolidar su presencia internacional. La empresa, originalmente mexicana, comenzó a posicionarse en mercados clave de América Latina, Estados Unidos y Europa.
En 1990 asumió como Presidente Ejecutivo y, cuatro años después, como Presidente del Consejo de Administración, cargo que mantuvo hasta 2013. Más allá de los números, su liderazgo se distinguió por una cultura de integridad, trabajo en equipo y compromiso social.
Un legado que trasciende
Además de su papel dentro de Bimbo, Roberto Servitje impulsó valores empresariales éticos, fomentó la formación de líderes y participó activamente en organizaciones que promueven la responsabilidad social.
Falleció el 17 de julio de 2025, a los 97 años, dejando una huella imborrable en la historia del sector empresarial mexicano. Su legado continúa a través de generaciones y de una empresa que hoy opera en más de 30 países, con miles de colaboradores y un propósito claro: alimentar un mundo mejor.