Pepe Soho, fundador de Mystika falleció a los 53 años por un paro cardíaco. Apasionado por capturar la naturaleza, comenzó a tomar fotografías luego de sufrir un grave accidente al caer de un caballo durante un viaje por la India que lo llevó a caer en depresión.
Aquel suceso marcó el principio de una nueva etapa en su vida y el inicio de una brillante carrera como fotógrafo. Pepe tuvo un inmenso respeto por este noble animal. “El caballo es mi maestro, es el ser que me tiró una vida que a lo mejor no tenía mucho sentido, para luego poderme encontrar por medio de la fotografía, entonces es mi gurú, es lo más importante para mí, por eso los amo y me enloquece fotografiarlos”, contó Pepe Soho.
Pepe Soho viajó con su cámara por gran parte del mundo, fotografiando más de veinte países en cuatro continentes, sin dejar de lado las maravillas naturales de nuestro país. De esta manera, concentró su carrera en recorrer México para mostrar a través de sus imágenes la riqueza de la nación. “Estuve al borde de la muerte y me quedé a hacerle homenaje a la naturaleza, pues pasé la mayor parte de mi vida sin darle importancia y hoy es donde encuentro a Dios, para mí los templos más bonitos del mundo están en la naturaleza, para mí es religioso estar en esos escenarios, es una conexión divina, siento que estoy adentro de una creación muchísimo más elevada que estar en un cine o en una ciudad”, expresó sobre su conexión con la naturaleza.
Años después, Pepe Soho recibió la medalla de oro en el marco del World Photographic Cup (WPC) 2017 en Yokohama, con su imagen “Believe”; contienda en la que participaron 26 países de 4 distintos continentes, posicionando al WPC como el certamen de fotografía más importante a nivel mundial. En abril del mismo año, el Museo José Luis Cuevas abrió sus puertas a la obra del fotógrafo mexicano para exhibir la exposición “Believe”, rompiendo record de número de asistencia en el recinto.
Sin duda, Soho seguirá siendo un referente de la fotografía de naturaleza en México, ya que sus piezas en gran formato han generado un gran impacto en el espectador, dando la sensación de estar presente en alguno de los paisajes capturados.
Dentro de su colección destacan fotografías de caballos, animal al que le tiene profundo respeto por ser el personaje principal que cambió su vida. Para Soho, la fotografía es una actividad espiritual que requiere paciencia, es la fusión entre clima y tiempo que dará como resultado una fracción única e irrepetible: la imagen perfecta.
Años después, Soho decidió abrir su propio museo llamado Mystika, que ofrece una experiencia sensorial única en su tipo, diseñada para trasladar al espectador a un viaje de conexión con la cosmología maya, los santuarios naturales más impactantes de México y el poder espiritual de los caballos: tótems de sanación, sabiduría y evolución. Asimismo, a través de este lugar y con su arte comparte su historia de vida. Tras su muerte, este lugar seguirá abierto para seguir honrando el legado del artista.