Más que un destino, San Miguel de Allende es un lugar histórico que acoge arte y experiencias de lujo que te harán sentir como en casa. Es cuna de historia y cuenta con una de las parroquias más espectaculares del mundo.
A tan solo cuatro horas de la Ciudad de México, este lugar se convierte en la oportunidad perfecta para pasar de un fin de semana clásico, a una experiencia extraordinaria pintada del folclor mexicano. Te contamos los secretos mejor guardados de San Miguel de Allende.
Rosewood San Miguel de Allende
Un refugio colonial con esencia de lujo. Este hotel de alta gama —que incluso ha recibido al mismísimo Sol de México— es la elección perfecta para un fin de semana memorable. Su propuesta gastronómica de primer nivel y la arquitectura que distingue a la cadena por su impecable sense of place conquistan desde el primer momento.
Pero el verdadero sello de la casa está en su coctelería, electo como uno de los 7 mejores bares hoteleros del mundo, este es dirigido por la excepcional Ana Paula Ulrich: una creadora que domina el arte de la mixología y transforma cada bebida en una experiencia sensorial, elevada por ingredientes locales y una profunda conexión con la estacionalidad. Puedes deleitar tu paladar con sabores fusionados con especias y toques gastronómicos únicos dentro de cada cóctel en Pirules Garden Kitchen o Luna Rooftop.
Arte en vivo
En la zona centro, a unos cuantos metros de la parroquia, se encuentra un rincón de arte nacional liderado por David Vázquez, el mismo autor de cientos de obras que vende y pinta en su “Galería Ascender”. El pintor convierte el arte en una experiencia, siendo que —si corres con suerte— puedes presenciar el nacimiento de una obra, con pincel en mano, David te invita a vivir su proceso artístico en el corazón de San Miguel de Allende.
Parroquia de San Miguel de Allende
Emblema absoluto de San Miguel de Allende, debe su fachada neogótica, construida por Zeferino Gutiérrez Muñoz, un talentoso albañil indígena autodidacta que, inspirado en postales de la catedral de Köln en Alemania, transformó por completo la imagen del templo a finales del siglo XIX.
La Aurora
San Miguel de Allende se distingue por su amplia cantidad de arte. Con “La Aurora” como opción principal, este centro de arte y diseño, nació en 1902 como una de las fábricas textiles más importantes de México. El dueño de la fábrica tenía un cariño especial por la hija de su amigo, Aurora Gil Lámbarri, de ahí nace el nombre.
San Miguel de Allende es, en esencia, un destino donde el lujo se vive sin prisa y la calidez se siente en cada rincón: en su arquitectura rosa que se enciende al atardecer, en sus hoteles de clase mundial, en su gastronomía creativa y en la cercanía humana que define a su gente. Entre historia, arte y experiencias sensoriales que solo esta ciudad puede ofrecer, San Miguel se convierte en un viaje inolvidable, un refugio sofisticado que invita a regresar una y otra vez.