Normandía es uno de los tesoros mejor guardados de Francia para quienes aman la naturaleza, la ciencia y los viajes diferentes. Aunque muchos la visitan por su historia y su encanto costero, pocos saben que esta región alberga uno de los paisajes fósiles más impresionantes del país, con restos que datan del Jurásico y el Cretácico.
En sus acantilados —como las famosas playas de Vaches Noires y la zona de Étretat— es posible encontrar ammonites, belemnites, erizos de mar y moluscos fosilizados que vivieron hace 100 a 160 millones de años. Las mareas y la erosión natural siguen dejando al descubierto piezas únicas de la historia geológica europea, convirtiendo cada recorrido en una verdadera exploración del pasado.
Normandía combina este valor paleontológico con paisajes espectaculares, buena gastronomía y pueblos llenos de encanto. Para viajeros curiosos y amantes del Jurásico, es un destino silencioso, inesperado y absolutamente fascinante. Si buscas un viaje distinto, lleno de descubrimientos milenarios, este rincón del noroeste francés es el lugar perfecto.