Platicamos con Alejandra Quintero, quien estudió Administración de Empresas y se especializó en Finanzas, más adelante fundó Dominion Corporate Housing, empresa líder en viviendas temporales con servicios de hotel en 1998.
Además, estuvo varios años involucrada en el desarrollo de vivienda residencial, primero con Grupo Invertierra, después en alianza con G Acción y unos años más tarde como directora de Operaciones en Desarrolladora Del Parque. Alejandra participó en la construcción de más de 1,500 departamentos en la Ciudad de México; y al mismo tiempo debutó como mamá de tres niños que hoy tienen 21, 19 y 17 años.
Dada la atención y cuidado que requieren los hijos y después de divorciarse, decidió enfocar el cien por ciento de su tiempo a sus negocios propios, pudiendo así llevar un balance en su vida.
Alejandra nos cuenta cómo tras varias crisis personales logró encontrar el equilibrio entre su vida personal y profesional.
“Me di cuenta de que la felicidad es una decisión personal. Tras años de búsqueda, encontré en la práctica de yoga y meditación, un estilo de vida; una herramienta accesible a todos que te permite conocerte mejor, e ir trabajando cada día en construir una mejor versión de ti”, dijo Alejandra quien decidió certificarse como maestra de Yoga con Yoga Alliance, fundar su escuela y dedicar parte de su tiempo a compartir su experiencia de vida para ayudarle a los demás a sobrellevar mejor sus crisis personales.
Alejandra dijo que llegó al mundo del yoga en medio de un duro proceso que enfrentó a causa de crisis personales ."Fue por accidente, estaba muy enfocada en mi otro negocio, en el plan que nos inclulcan a todos desde pequeños, el camino que hay que seguir en la vida, terminar la escuela, encontrar una buena carrera y trabajar, enfocamos mucha energía en alcanzar esos objetivos, porque así nos trazan el plan, y todo nuestro autovalor está alineado con esta expetativa externa de qué se espera de ti, porque no es algo que tu eliges cuando eres un niño, pero en la vida tienes una desviación de eso que te programaron en el cerebro, ahí es cuando empieza el sentimiento de qué falta algo más, yo no la tuve tan fácil, mi papá se enfermó muy joven y tuve que trabajar muy chica, pero dentro de todo estaba en una posición muy privilegida, aún así para mí fue difícil salirme del molde de lo que hay que hacer”.
Alejandra Quintero mencionó que logró tener una vida más plena cuando reflexionó e hizo cambios sobre la insatisfacción que sentía a pesar de tener una “vida perfecta”, tras haber cumplido los pasos tal y como se lo enseñaron de niña.
“Toda la expectativa está alineada con el plan y cuando alcanzas todos los objetivos, entra la sensación de insatisfacción, después de haber alcanzado todo lo que me dijeron que tenía que hacer, pero yo no estoy bien, es ahí donde empecé a practicar yoga, lo que me dio la sensación de bienestar, siento que fue una bendición, tenía las bases para cuando mi vida perfecta se desmoronó, la práctica fue ese refugio que no había encontrado en otra cosa, nisiquiera en la religión”.
Alejandra expresó que al adentrarse el mundo de la yoga comenzó a sentirse completa y pudo encontrar los beneficios de la práctica en el ámbito físico y espiritual.
“No solo era el ejercicio físico, empecé a encontrar los beneficios más profundos, empecé a aprender, hice certificaciones, y después me divorcié, y la yoga me dio la fuerza para enfrentar ese proceso que fue muy duro”.
De esta manera, Ale pudo encontrar la herramienta para sanarse a sí misma y poder ayudar a los demás a encontrar ese refugio en medio de las crisis. “Encontré la oportunidad de dar a la gente los tips de lo que a mi me sirvieron, el yoga no es igual para todos cada quien va a su ritmo”.
“Hay una necesidad en las personas de encontrar un sentido de pertenencia, la vida es durísima, no importa cual sea tu historia, todos tenemos momentos de dolor, aprender a manejar las emociones, necesitamos herramientas que no nos enseñan, pero al vivir más consciente vives desde un lugar mucho más libre dejando de cubrir expectativas externas que te presionan, cuando encuentras tu propósito de vida”, concluyó.