La pareja se ha dejado ver en público nuevamente, mostrando lo bien que la están pasando juntos.
El futbolista Cristiano Ronaldo y su flamante pareja, la modelo española Georgina Rodríguez, no podrían estar aprovechando mejor todos estos fines de semana en los que el luso se mantiene fuera de la competición -como consecuencia de la sanción que arrastra desde finales de la temporada pasada-, algo que ambos demostraron este sábado al dejarse ver muy acaramelados en el palco del estadio José Alvalade de Lisboa mientras presenciaban el partido que enfrentaba al Sporting y al Tondela.
Al margen de las buenas sensaciones que les dejó el encuentro gracias a la rotunda victoria de los locales por dos goles a cero -hay que recordar que Cristiano inició su exitosa carrera en el Sporting-, lo más destacable de esta última aparición pública de la pareja reside en el llamativo anillo que la maniquí lució para la ocasión: una joya de la que los medios portugueses y españoles ya intuyen que podría ser signo de un posible compromiso matrimonial.
Solo el tiempo dirá si los dos enamorados han iniciado ya la cuenta atrás hacia una hipotética boda con la que sellar su historia de amor, pero lo cierto es la dinámica que preside actualmente su relación sentimental no difiere en exceso de la que presentaría cualquier matrimonio.
Y es que, además de la imagen de estabilidad que proyectaron durante todo el partido, la pareja acudió posteriormente a un exclusivo restaurante de la capital portuguesa junto a un nutrido grupo de amigos, probablemente para celebrar por todo lo alto el reencuentro de todos ellos y, quizás también, para que el deportista y la mallorquina les pusieran al corriente de la llegada de su primer hijo en común.
“Siempre es agradable poder ver a mis amigos”, ha escrito este lunes Cristiano en su perfil de Instagram junto a una imagen que les retrata a todos sonriendo una vez finalizados sus respectivos postres.
Cristiano y Georgina han vuelvo a poner de manifiesto que su vínculo amoroso nada tiene de idilio pasajero y, sobre todo, que este se está afianzando a pasos agigantados en comparación con el romance que el jugador del Real Madrid vivió previamente con la modelo Irina Shayk.
Con la excepción de los rumores que apuntan a una supuesta mala relación entre Georgina y la madre del futbolista, Dolores Aveiro, por lo general solo han llegado a la esfera pública enternecedoras imágenes de la modelo que la retratan perfectamente integrada en el clan Ronaldo, disfrutando de las grandes reuniones familiares que organiza el madridista en su tiempo libre o demostrando que se ha convertido en todo un referente para el pequeño Cristiano Junior, primogénito de su chico.
