Anna Wintour causó sorpresa tras anunciar que deja su cargo como editora en jefe de la revista estadounidense después de casi cuatro décadas al mando.
Wintour comunicó la noticia al equipo y anunció que el nuevo cargo que ocupará su reemplazo en la revista de moda se titulará, “responsable de contenido editorial”.
Anna Wintour es, sin lugar a dudas, uno de los nombres más poderosos e influyentes del mundo de la moda. Desde 1988, ha sido la directora editorial transformando la revista en una plataforma de autoridad global en tendencias, estilo y cultura. Su inconfundible corte bob y sus gafas oscuras se han convertido en íconos tanto como las portadas que supervisa.
Wintour comenzó su carrera en Londres, en publicaciones como Harper’s & Queen, antes de mudarse a Nueva York en los años 80. Su ascenso fue meteórico: trabajó en New York Magazine y luego en House & Garden, donde ya mostraba su audacia al desafiar normas editoriales. Su llegada a la revista que hoy deja como editora en jefe marcó un antes y un después.
Más allá del papel, Anna Wintour ha sido una figura clave en la industria global de la moda. Su influencia se extiende a diseñadores, fotógrafos y modelos, a quienes ha impulsado desde sus inicios. También ha liderado iniciativas como el Met Gala, el evento benéfico anual del Museo Metropolitano de Nueva York, que se ha convertido en un fenómeno cultural y de moda gracias a su visión.
Sin embargo, su estilo de liderazgo ha sido objeto de debate. Famosa por su exigencia y su aparente frialdad —popularizada en la ficción con el personaje de Miranda Priestly en El diablo viste a la moda—, Wintour ha sido criticada y admirada a partes iguales. Aun así, su legado como mujer pionera y figura transformadora en un mundo dominado por hombres sigue siendo innegable.
Anna Wintour no solo ha moldeado la moda, sino también el periodismo de estilo. Su capacidad para anticipar tendencias, reinventarse y mantener la relevancia de la revista en la era digital la convierten en una leyenda viva. Hoy, sigue siendo una referencia imprescindible, no solo para quienes visten la moda, sino para quienes la cuentan.