En Entrevista: Andrés Anza, el mexicano ganador del Loewe Craft Prize 2024

Conversamos con el joven artista reconocido por Loewe, que puso el nombre de México en alto. Esto es todo sobre Andrés Anza, el mexicano ganador del Loewe Craft Prize 2024

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Cuando las fronteras entre la artesanía y el arte comienzan a difuminarse –gracias a la innovación del mundo contemporáneo– el resultado no es menos que increíble. Con el paso de los años hemos visto cómo artistas toman un viaje al pasado, para retomar tanto técnicas como materiales usados en antaño, con el fin de expresar el sentir del presente. Es esta convergencia entre el antes y el ahora, lo que permite tener un después. Loewe, la firma de lujo española, es testigo de los avances técnicos en la contemporaneidad, pero fomenta la artesanía a través de su ADN e iniciativas como el Loewe Craft Prize. Este, acaba de experimentar la llegada de un mexicano que mostró el talento que existe en nuestro país, y le recordó al mundo la importancia de la artesanía. Su nombre es Andrés Anza y tuve el honor de conversar con él, posterior a su victoria en la edición de este año del Loewe Craft Prize con su pieza I Only Know What I Have Seen”.

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“I Only Know What I Have Seen” de Andrés Anza

Me gustaría saber un poco sobre ti, sobre sobre tu formación, y sobre cómo es que empiezas en el arte
Yo estudié arte hace 10 años, y justamente me gradué haciendo estas estas piezas que estoy presentando ahora. Estas fueron un resultado de mi tesis. Mientras estudiaba me acerqué al taller de Mauricio Cortés, un escultor en cerámica que hace figura humana. Él me invitó a ser su asistente, y ahí fue mi primer acercamiento con el mundo tanto de la escultura como de la cerámica. A pesar de que yo estaba estudiando algo relacionado con el arte y diseño, jamás había tenido un acercamiento con la cerámica; estaba más enfocado hacia la pintura y otros medios. Entonces, fue el taller de Mauricio que me abrió esa puerta.
Como cualquier aprendiz o asistente, aprendes replicando y observando lo que tienes frente a ti, o lo hace tu maestro, entonces aprendí mucho sobre la técnica de producción y el material, pero la verdad es que con la figura humana no me hallaba.
Buscaba de cierta manera expresar algo ajeno a mí. Comencé con un tipo de exploración en la que buscaba hacer algo un poco más orgánico y abstracto. En aquel entonces me interesaba mucho hacer algo que no existiera de manera predilecta en este mundo, y quería que los espectadores se cuestionaran con las piezas. “¿Qué es eso que está enfrente de nosotros?” Estas piezas buscaban esa interrogante.

¿Qué inspira la creación de tus piezas, tanto de su forma como de su construcción?
La cerámica y el barro son los materiales usados por excelencia para la creación de artesanías. Me interesaba mucho tomar elementos que encontramos en la artesanía mexicana para transportarlos a un plano artístico más contemporáneo. Poner en un mismo plano la artesanía con el arte. De entrada, estas obras son eso: una pieza artesanal, una pieza artística y al final, un poco de las dos.
O sea, creo que durante mi época de estudiante tomé muchos elementos que fui tanto estudiando de la artesanía como utilizando en mi práctica como artesano. Creo que, como todo estudiante, buscaba hacer una producción obviamente artística, pero también una producción comercial que pudiera generarme ingresos en ese momento.

¿Cuál es el objetivo ulterior de tu obra?
Creo que mi obra trata de rendir tributo a la artesanía al mismo tiempo que la presenta como una obra. Es un cuestionamiento de qué es, formalmente. “¿Qué forma tiene? Es algo que me parece familiar, algo que me recuerda a algo y quiero nombrarlo, pero no puedo porque no es nada. Parece algo del mar, un cactus”, y me gustan estas referencias porque al final son orgánicas.
Quiero que las piezas sean como una especie de organismo vivo que creo conocer, pero que no puedo nombrar. Sé que tal vez pertenece a algún ecosistema que tampoco puedo nombrar. Esa curiosidad va levantando una cadena de preguntas. Para mí, lo que trato de evocar es esa sensación de cuando conoces a alguien por primera vez. Muchas veces te recuerda a alguien que conoces, y ya le estableces una personalidad similar. Pero después descubres que no es así, y tienes que formar una nueva relación con esa persona. Estas piezas tienen esa peculiaridad, al ser tridimensionales, de poder rodearlas y descubrir sus diferentes lados y virtudes, la información que guardan en esos picos, sus diferentes caras o superficialidades. Me interesa mucho cuestionar eso del arte.

¿Cuál es el principal reto del arte y la artesanía en la actualidad? Considerando las banalidades que se tratan hoy en día.

No me gusta que el arte se quede en lo superficial, en la última cara que nos presenta el artista. Para mí, estas piezas tienen una personalidad. Todo lo que está vivo nos llama mucho la atención, nos despierta curiosidad y nos invita a ver de qué manera podemos relacionarnos con ello. Una clave para mí era que las piezas tuvieran vida. Algo tan estático tenía que buscar generar movimiento, porque para mí, el movimiento es vida. Algo que se mueve indica que estuvo vivo, que se movió por sí solo. Me interesa mucho que la plástica de las piezas tenga esa caída, casi como si estuvieran respirando. Los picos forman un movimiento, y así es como empecé a hacer estos organismos vivos que me dicen algo, que yo simplemente los descubriera, los construyera, los trabajara y los dejara ahí para que interactúen con los espectadores.

“El espectador es el último que va a establecer esa relación con la pieza. Él la va a terminar, y le va dar vida”.

Me gustaría saber un poco sobre el proceso detrás de cada pieza. ¿Todas son de barro?
Bueno, sí y no, porque últimamente he estado empezando a trabajar con otros materiales. Desde luego me gusta mucho la fragilidad que da la cerámica. Al principio era un tema muy importante para mí, obviamente, al ver algo tan peligroso, lleno de picos, tan frágil, levantaba muchas dudas. También cómo se hizo esto, cómo se mueve, cómo se carga. Sabiendo que es de cerámica, también le da mucho valor a la pieza. Pero con el tiempo fui descubriendo que el barro tiene sus limitaciones. Me gusta decir que me asocio con el barro. Creamos un vínculo en el que el barro me limita o me permite hacer ciertas cosas. Es una comunión muy bonita, pero esas mismas limitaciones te limitan, por ejemplo, en temas de envíos. Ahora que afortunadamente mi trabajo ha tenido mucha aceptación fuera de México, me he enfrentado a tener que hacer envíos internacionales, y una pieza tan frágil es complicada de enviar. También las limitantes de tamaño y todo. Me he dado cuenta de que soy más escultor, no tanto ceramista. He empezado a explorar con otros materiales como la fibra de vidrio, las resinas, para poder hacer el mismo resultado en un material diferente.

¿Cómo abordas la tridimensionalidad de las piezas? Y, ¿cómo creas niveles con estas dimensiones?
Principalmente, sí trabajo con cerámica. Todas las piezas que hago son huecas. Tengo que ir construyendo esa forma, esa caída, y después la lleno de picos. Creo que el proceso sigue siendo exactamente igual. También me gusta mucho esa parte del proceso porque es cuando yo convivo con la pieza, paso mucho tiempo con cada una de las piezas y creamos esa primera relación. Al final, las piezas son huecas, pero se terminan cerrando. Queda algo en el interior que no va a tener acceso visual. Me interesa mucho esa pieza interna que se queda dentro de las obras, algo con lo que yo conviví y que ni siquiera yo voy a poder volver a ver. Es un bonito recuerdo para mí. Siento que hay una obra completamente diferente adentro por toda la estructura que lleva para que superficialmente sea algo que se presenta al mundo.

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¿Cómo fue tu acercamiento con el premio? ¿Cómo fue el proceso de aplicación y la relación con Loewe?
Me enteré del premio por un ceramista que sigo en Instagram. Conocí todo lo que significa el premio, y desde que me puse a leer la filosofía de ese premio, cómo hacen esa conexión entre el craft y arts. No me gusta la palabra craft porque siento que la traducción es “manualidades”. Siento que en inglés falta esa palabra que es artesanía, como que hay una ligera diferencia, no jerárquica, sino que hay una diferencia entre manualidades, arte y artesanía, y en inglés le falta esa palabra.
El punto es que me encantaba cómo ponían en un mismo plano el craft y el arts, sin intención de separar o de hacerlos competir, sino que son lo mismo. Me identifiqué inmediatamente porque mi trabajo era eso; borrar esa línea entre el arte y la artesanía. Son lo mismo porque uno nutre al otro, no podemos separarlos, tienen que estar juntos. Empecé a seguir el premio. Me hubiera encantado participar antes, pero se me pasaba la fecha. Este año tuve la oportunidad de venir a Italia, hacer una exposición, y tenía una pieza disponible que me gustaba mucho, que se había expuesto primero en Italia. Dije: “creo que esta pieza es para el concurso”. Loewe me llama el día de mi cumpleaños para decirme que mi pieza fue aceptada, y fue una super bonita sorpresa. Desde ese momento, yo ya había ganado.
Para mí, ya era suficiente. El premio fue algo extra. Ya pasó una semana y todavía no me lo creo. Nunca había sentido algo así. Cuando cumples años, sabes que todo el mundo te va a felicitar, sabes que te vas a sentir muy bien porque todo el mundo te está llenando de buena energía y diciendo cosas lindas porque es tu cumpleaños. Estás preparado para eso. Pero aquí no estaba para nada preparado. Fue de repente, todo el mundo felicitándome y yo no sabía qué decir.

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