MacKenzie Scott, nacida MacKenzie Tuttle en 1970, es mucho más que la exesposa del hombre que fundó Amazon. Graduada de la Universidad de Princeton, donde estudió literatura bajo la tutela del premio Nobel Toni Morrison, MacKenzie desarrolló una pasión por la escritura que la acompañaría toda su vida. Fue en D.E. Shaw, un fondo de inversión en Nueva York, donde conoció a Jeff Bezos, con quien se casó en 1993.
La pareja se mudó a Seattle poco después de casarse, donde MacKenzie desempeñó un papel fundamental en la creación de Amazon. Fue una de las primeras empleadas de la compañía y participó activamente en tareas administrativas, logísticas y de apoyo durante los años formativos del negocio. Aunque con el tiempo decidió concentrarse en su carrera como escritora, su impacto en la empresa fue significativo.
Durante su matrimonio, MacKenzie publicó dos novelas: The Testing of Luther Albright (2005), que ganó un American Book Award, y Traps (2013), ambas elogiadas por su estilo introspectivo. A pesar de mantenerse alejada de los focos mediáticos durante gran parte de su relación con Bezos, su perfil público creció notablemente tras su divorcio en 2019, cuando recibió el 4% de las acciones de Amazon, valoradas entonces en cerca de 36 mil millones de dólares.
Lejos de quedarse en la riqueza acumulada, MacKenzie Scott se convirtió en una de las filántropas más activas del mundo. Desde 2020, ha donado más de 14 mil millones de dólares a cientos de organizaciones enfocadas en educación, igualdad racial, justicia social y salud pública, todo ello bajo un estilo discreto y sin crear fundaciones propias, confiando en el trabajo de quienes ya están en el terreno.
Su enfoque ha revolucionado la manera en que los multimillonarios donan dinero. Mientras que muchas grandes fortunas optan por fundaciones con estructuras complejas, MacKenzie prefiere donaciones directas, sin condiciones y con una profunda confianza en las organizaciones receptoras. Esta actitud le ha valido respeto y admiración en el mundo filantrópico, colocándola como una figura influyente por derecho propio.
Hoy, MacKenzie Scott continúa con su vida centrada en la escritura y la filantropía, manteniendo un bajo perfil público pero un alto impacto social. Su historia demuestra que, aunque su nombre haya estado ligado al de Jeff Bezos durante años, ha forjado una identidad poderosa, independiente y profundamente comprometida con mejorar el mundo.