En pleno Centro Histórico de la Ciudad de México, a unos pasos de Bellas Artes, se alza uno de los edificios más emblemáticos del país: el Palacio de Correos, también conocido como la Quinta Casa de Correos.
Inaugurado en 1907, este edificio no solo marcó un hito en la infraestructura de comunicaciones del país, sino que también se convirtió en un símbolo de la estética modernizadora del porfiriato.
Arquitectura que combina tradición y modernidad
Su construcción comenzó en 1902 por encargo del entonces presidente Porfirio Díaz, quien buscaba dotar al país de una infraestructura postal moderna y eficiente. La obra estuvo a cargo del arquitecto italiano Adamo Boari, en colaboración con el ingeniero mexicano Gonzalo Garita, y fue inaugurada en 1907.
El diseño destaca por su estilo ecléctico, con una mezcla de elementos góticos, platerescos, renacentistas y art nouveau. La fachada, elaborada en cantera de Chiluca, está decorada con detalles escultóricos, balcones de hierro forjado y un reloj monumental que corona el acceso principal.
En el interior, la gran escalinata de mármol, los barandales de bronce y las bóvedas decoradas ofrecen una experiencia visual que fusiona el arte europeo con el talento mexicano.
Función actual y valor patrimonial
Desde su inauguración, el edificio ha funcionado como sede del correo nacional. Hoy sigue cumpliendo esa función, pero también ofrece un espacio cultural: el Museo Postal, donde los visitantes pueden explorar objetos, documentos y maquinaria relacionada con la historia del correo en México.
En 1987, fue declarado Monumento Artístico, lo que garantiza su conservación y protección como parte del patrimonio nacional.
Ubicación: Calle de Tacuba 1, Centro Histórico, CDMX.
Costo de entrada: Gratuito.