El rey Carlos III se acerca a la celebración de su cumpleaños número 75. Pero el festejo ha sido opacado por una notable ausencia en el evento que está programado para el próximo martes 14 de noviembre en Clarence House, Londres. Según la prensa británica, el príncipe Harry y su esposa Meghan Markle no asistirán a la celebración.
La presencia del príncipe Guillermo y su esposa Kate está confirmada para el cumpleaños del monarca. Sin embargo, los duques de Sussex se mantienen distantes de la familia real, situación que, de acuerdo con las fuentes, sigue siendo “demasiado grande” para cerrar la brecha que se ha formado entre ellos.
El desaire de Harry y Meghan Markle
A pesar de su participación en la coronación de su padre en mayo pasado, el príncipe Harry fue separado del núcleo de la familia real debido a su falta de funciones oficiales. Su esposa Meghan no estuvo presente en dicho evento, y algunos medios han citado que el príncipe Harry expresó a amigos su descontento con tal situación. Al concluir la ceremonia, Harry retornó directamente a California.
Este comportamiento no es un hecho aislado. En septiembre, el príncipe Harry y Meghan Markle no aceptaron una invitación para reunirse con Carlos III en el Palacio de Balmoral en Escocia, el cual coincidió con el primer aniversario del fallecimiento de la reina Isabel II. A pesar de encontrarse en Londres esa semana por compromisos benéficos, el duque de Sussex argumentó “falta de tiempo” para el rechazo de la oferta.
La distancia emocional y física de Harry hacia la familia real británica es fuente de preocupación para el rey Carlos, según una fuente que habló con la prensa, quien sugiere que al final de cada jornada, el monarca piensa en su familia y se siente afectado por esta relación no resuelta con su hijo.
Desde que Meghan y Harry decidieron retirarse de sus roles como miembros activos de la familia real hace casi cuatro años, el evento conocido como Megxit ha sido seguido de diversas controversias. Estas incluyen una entrevista explosiva con acusaciones de racismo y una autobiografía por parte de Harry, en la que lamenta el trato que su esposa recibió por parte de la institución real.