Cuando Stranger Things se estrenó en 2016, pocos imaginaron que aquella historia ambientada en los años 80 marcaría a toda una generación. Además del éxito de la serie, algo llamó especialmente la atención del público: su elenco infantil. Hoy, casi una década después, los niños de Stranger Things han crecido —en edad, carrera y presencia mediática— frente a millones de espectadores.
Millie Bobby Brown - Eleven
Con apenas 12 años, Millie Bobby Brown se convirtió en el rostro de la serie. Su evolución ha sido una de las más visibles: pasó de ser una niña a una actriz consolidada, esposa y mamá.
Finn Wolfhard - Mike Wheeler
Finn Wolfhard tenía 13 años cuando interpretó al líder del grupo de amigos. Hoy divide su carrera entre la actuación, la música y la dirección. Su crecimiento se ha dado de manera más alternativa, convirtiéndose en un joven creativo con una estética propia y una carrera que va más allá de Hawkins.
Gaten Matarazzo - Dustin Henderson
Con su carisma inmediato, Gaten Matarazzo se ganó al público desde el primer capítulo. A lo largo de los años ha crecido sin perder autenticidad, participando en teatro musical, programas de televisión y proyectos que priorizan su voz personal. Su transición ha sido orgánica y cercana, algo que los fans valoran especialmente.
Caleb McLaughlin - Lucas Sinclair
Caleb McLaughlin pasó de ser el más discreto del grupo a consolidar un perfil fuerte y elegante dentro y fuera de la pantalla. Ha hablado abiertamente sobre representación, racismo y crecimiento personal, convirtiéndose en una figura influyente más allá de la actuación.
Noah Schnapp - Will Byers
El crecimiento de Noah Schnapp fue especialmente simbólico: su personaje crece de forma vulnerable dentro de la historia, mientras él lo hacía también en la vida real. En los últimos años, Noah ha hablado abiertamente sobre identidad y madurez, marcando una transición honesta y visible hacia la adultez.
Sadie Sink - Max Mayfield
Aunque se incorporó más tarde, Sadie Sink vivió un crecimiento acelerado ante la mirada pública. De actriz infantil pasó a protagonizar dramas, proyectos de autor y campañas de moda, consolidándose como una de las intérpretes jóvenes más respetadas de su generación.
A diferencia de otros elencos, los niños de Stranger Things no desaparecieron entre temporadas: su crecimiento fue parte de la narrativa y del fenómeno cultural. El público los vio cambiar la voz, la estatura, la personalidad y las prioridades, creando un vínculo emocional poco común entre actores y audiencia.