Junio y julio son los meses perfectos para explorar y vivir aventuras insuperables al aire libre en Washington, DC que tiene el privilegio de ser una ciudad con distritos costeros gracias a sus ríos Potomac y Anacostia, además de contar con parques nacionales espectaculares.
Tener una experiencia gourmet de primer nivel frente al río al atardecer, hacer senderismo, montar a caballo, hacer un picnic, kayak y, de paso, celebrar su Día de la Independencia, son planes imperdibles para un verano inolvidable.
1. Recorre en kayak o canoa el río Potomac
Navegar por el río Potomac es una de las formas más originales de ver Washington desde otra perspectiva, atravesándolo desde el barrio más antiguo de Washington, DC: Georgetown. Puedes rentar un kayak individual o doble y remar tranquilamente por el río mientras admiras el Monumento a Lincoln, el Kennedy Center y el perfil monumental de la ciudad desde el agua.
Además de ser una actividad físicamente revitalizante, remar por el Potomac al atardecer también es una experiencia estética y emocional, pues ver cómo el sol se refleja sobre los monumentos, mientras escuchas el sonido del agua, es una manera poderosa de reconectar contigo misma.
Termina el día con una copa de vino o una cena al aire libre en el puerto de Georgetown. En este distrito costero encontrarás una gran variedad de panaderías, cafeterías y boutiques, así como maravillas arquitectónicas.
2. Explora Rock Creek Park
Rock Creek Park es uno de los parques más antiguos y queridos en Estados Unidos, una verdadera joya natural para quienes aman caminar, correr o simplemente respirar aire fresco sin salir de la zona urbana. Con senderos rodeados de árboles, zonas de picnic, cascadas escondidas y hasta un molino histórico, este parque es ideal para pasar una mañana activa con una caminata matutina entre árboles centenarios.
Puedes tomar una clase de yoga al aire libre, rentar una bicicleta para recorrerlo de punta a punta o incluso anotarte a una visita guiada para conocer un poco más de su historia. Si te gusta el arte y la arquitectura, muy cerca del parque están la embajada holandesa y la Casa Dumbarton Oaks, perfectas para una visita cultural después del paseo.
Si prefieres algo más dinámico, el parque cuenta con campo de golf, canchas de tenis y hasta rutas para montar a caballo. ¿Te gusta la historia? Visita el histórico Molino Peirce o la Old Stone House. ¿Vas con niños? El Zoológico Nacional –también dentro del parque– es uno de los más bellos y mejor cuidados del país. Aquí también encontrarás un planetario y un centro ecuestre.
3. Visita la isla Theodore Roosevelt
Situada en medio del río Potomac, esta isla es un pequeño paraíso natural que rinde homenaje al presidente conservacionista y amante de la naturaleza.
Un puente peatonal desde Virginia te lleva a este refugio natural, donde el canto de los pájaros y el crujir de las hojas reemplazan el ruido urbano.
La isla alberga una plaza central con una imponente estatua de cinco metros de Roosevelt, rodeada de frases grabadas sobre su visión del medio ambiente, la justicia y el deber cívico. A su alrededor, senderos de tierra, pantanos, zonas boscosas y ribereñas.
Lo ideal es visitarla al amanecer o al atardecer, cuando la luz baña los árboles y el agua en tonos dorados. Es perfecta para una caminata lenta, para sentarse a leer bajo los árboles o simplemente dejarse llevar por el silencio y la brisa. A solo 15 minutos caminando desde la estación de metro Rosslyn, también puedes acceder desde Georgetown cruzando el Key Bridge. La isla se integra naturalmente a cualquier día de paseo entre ambas zonas.
4. Date la vuelta por The Wharf, frente al río Potomac
Ubicado frente a la isla Theodore Roosevelt, The Wharf es el destino costero por excelencia en Washington D. C., lo que lo hace perfecto para un verano vibrante y memorable en familia. Este encantador barrio a orillas del río Potomac combina una oferta gastronómica inigualable, experiencias al aire libre y vistas espectaculares de los monumentos nacionales.
El paseo marítimo cobra vida y diversión con columpios gigantes sobre el muelle, una fuente interactiva donde los más pequeños pueden refrescarse, conciertos en vivo y recorridos en kayak o paddle board para remar junto a los íconos de la ciudad. También puedes tomar un taxi acuático y navegar hasta la isla Roosevelt para seguir explorando.
Para los amantes de la buena mesa, en The Wharf encontrarán restaurantes con terrazas frente al río y el histórico Mercado Municipal de Pescado, uno de los más antiguos del país, donde los mariscos frescos son la estrella.
Con su combinación de estilo, naturaleza y entretenimiento, The Wharf coloca a Washington D. C como una ciudad costera y destino turístico imperdible. Puedes llegar por metro, auto, bicicleta o barco. ¡Este barrio es perfecto para quienes desean relajarse junto al agua y disfrutar lo mejor de la capital!
5. No te pierdas un partido de los Nacionales de Washington
Y justamente en el dinámico Capitol Riverfront se encuentra el National Park, el estadio de los Washington Nationals, que combina la emoción del béisbol con un entorno vibrante junto al río Anacostia. La temporada 2025 celebra el 20º aniversario del equipo, lo que garantiza aún más energía y sorpresas en cada juego.
La oferta gastronómica del estadio también es destacable, así que debes probar el clásico Ben’s Chili Bowl, un batido de Shake Shack, o elegir entre muchas otras delicias locales. Si vas con niños, debes saber que ellos comen gratis en todos los partidos, y hay actividades familiares como la Hora del Cuento con jugadores y la Zona Infantil con juegos interactivos, ¡un gran plan familiar! (en domingo, hay una tradición que encanta a los más pequeños: los niños corren las bases al final del juego).
Si estás en la ciudad el 4 de julio, aprovecha el partido especial contra los Boston Red Sox a las 11:05 a. m. para comenzar el Día de la Independencia con espíritu deportivo. Consulta el calendario oficial y vive un día inolvidable en familia.
6. Disfruta del Día de la Independencia norteamericana al estilo DC
Pocas ciudades celebran el Día de la Independencia con tanta pasión como Washington, DC. El espectáculo principal de fuegos artificiales se lleva a cabo desde ambos lados del Reflecting Pool del Monumento a Lincoln, iluminando todo el National Mall con una coreografía de luces inolvidable. Llega temprano para encontrar un buen sitio. Por ejemplo, el Monumento a Jefferson o las escalinatas del Lincoln Memorial ofrecen vistas perfectas.
¿Prefieres evitar las multitudes? Entonces puedes disfrutar del show desde otra perspectiva: súbete a un crucero por el Potomac para ver los fuegos desde el agua o reserva una mesa en alguno de los rooftop bars más exclusivos, como VUE, Summit o el rooftop del Hotel Watergate, donde la celebración se vive con una copa de champagne en mano.
Una alternativa es celebrar desde el Puerto Washington, en el paseo marítimo de Georgetown. Aquí puedes cenar antes o después del espectáculo en alguno de sus restaurantes que te dan acceso a zonas de observación, además de un ambiente relajado junto al río. Nuestras recomendaciones: Farmers Fishers Bakers, Sequoia, Nick’s Riverside Grill o Tony and Joe’s Seafood Place.
Otra opción es preparar un picnic privado en Hains Point o instalarte sobre el Mount Vernon Trail, en Virginia, para una velada al aire libre. Sea cual sea tu elección, el 4 de julio en Washington DC será una experiencia que no olvidarás.