Aunque suene increíble, un cardenal sí puede negarse a ser Papa si resulta elegido durante el cónclave. Según el protocolo, el elegido debe aceptar el cargo diciendo claramente: “Accepto” (acepto). Si no lo hace, la votación se invalida y se retoman las rondas de votación.
Este momento es tan delicado que el cardenal decano pregunta al elegido si acepta la elección antes de anunciarlo públicamente. Solo después de recibir una respuesta afirmativa, se revela su nombre y se le pregunta cómo quiere llamarse como nuevo Pontífice.
Históricamente, ha habido rechazos. Uno de los más citados es el del cardenal Giovanni Colombo en 1978, quien —según algunos reportes— habría conseguido votos suficientes pero se negó, sugiriendo otro nombre. Aunque no es común, la posibilidad está contemplada.
Si el cardenal se niega, simplemente se sigue votando hasta que alguien acepte. No hay sanción, pero sí un gran peso espiritual y político detrás de esa decisión.