El nude se ha convertido en el gran aliado de la manicura moderna porque combina con absolutamente todo y aporta un toque elegante y discreto sin esfuerzo. Esta temporada, sin embargo, el clásico beige evoluciona hacia el tono salmón, un color que conserva la neutralidad del nude pero suma calidez y luminosidad. Este giro le da a las uñas un efecto rejuvenecedor y fotogénico, ideal para quienes buscan una apariencia pulida pero con un toque más fresco y actual.
Pieles claras
En pieles claras funciona a la perfección en versiones lechosas o pastel. Para lucirlo de manera favorecedora, lo importante es jugar con matices y acabados según el tono de piel y el estilo personal.
Pieles morenas
En pieles morenas o bronceadas resalta en tonos más intensos. El acabado brillante es ideal para un look clásico, mientras que el glaseado o con pequeños detalles dorados eleva cualquier outfit y lo hace perfecto para eventos especiales. Además, se adapta a todas las formas de uña, desde cortas y cuadradas hasta largas y almendradas, convirtiéndose en el comodín perfecto para cualquier ocasión.
El auge de esta manicura salmón se refleja en pasarelas, redes sociales y salones de belleza de todo el mundo, donde cada vez más profesionales la recomiendan como alternativa al nude tradicional. Más que una moda pasajera, es un estilo versátil y atemporal que democratiza el glamour y lo hace accesible en el día a día. Así, el salmón no solo se posiciona como tendencia, sino como el nuevo lenguaje del cuidado de manos elegante y contemporáneo.