En un mundo de comidas sofisticadas y dietas rigurosas, una receta sencilla y saludable se convirtió en favorita de una de las figuras más influyentes del siglo xx: la princesa Diana de Gales. El dish en cuestión: bircher müesli, un plato suizo de avena remojada, fruta y nueces que transformó los desayunos en palacios reales.
Según Darren McGrady, chef real que cocinó para Lady Di desde 1993 hasta su fallecimiento en 1997, Diana descubrió esta comida durante una estancia en una clínica de salud en Suiza. Allí probó el Birchermüesli, una variante de avena remojada inventada por el médico suizo Max Bircher‑Benner a inicios del siglo XX, cuyo propósito original era servir como alimento fácilmente digestible para pacientes.
Diana quedó cautivada por su sabor equilibrado y sus cualidades nutritivas, y pidió a McGrady que se lo sirviera todos los días. Él relata que la preparación comenzaba con avena remojada durante la noche en jugo de naranja —no leche— y al amanecer se mezclaba con yogur griego, miel pura y jugo de limón. Como toque final, se añadían manzana Honeycrisp rallada, arándanos frescos y nueces tostadas.
La elección del bircher müesli no fue casual: reflejaba su compromiso con un estilo de vida activo y equilibrado. McGrady cuenta que Diana le dijo: “Tú te encargas de las grasas, yo me encargo de los carbohidratos en el gimnasio”. Su rutina incluía ejercicio regular en el gimnasio, lo que acentuó su preferencia por alimentos altos en fibra y bajos en grasas saturadas.
Su consumo diario de bircher müesli en los años noventa precedió en casi dos décadas la moda global de los overnight oats, que se popularizó en EE.UU. alrededor de 2012. Gracias a Lady Di, aquella humilde receta suiza se convirtió en emblema de alimentación consciente y hoy es homenajeada en redes, blogs y medios internacionales como un desayuno real adelantado a su tiempo.
Receta básica al estilo de Diana
Ingredientes:
- Avena integral (remojada en jugo de naranja)
- Yogur griego sin azúcar
- Miel natural y jugo de limón
- Manzana Honeycrisp rallada
- Arándanos frescos y nueces tostadas
La preparación es simple: la avena se cubre con jugo de naranja y se deja en refrigeración toda la noche. A la mañana se mezcla con yogur, miel y limón, se agrega fruta fresca y nueces justo antes de servir para preservar la textura crujiente.