En 2020, tras su decisión de apartarse de la realeza, el príncipe Harry y Meghan Markle compraron una majestuosa residencia en Montecito, California, por aproximadamente 14,65 millones de dólares (unos 25 millones de euros). Con una extensión entre 18 600 y 18 700 ft² (más de 1 700 m²), nueve dormitorios y 16 baños, el hogar —reconocido como “Chateau of Riven Rock”— combina opulencia y discreción con un diseño de aire europeo.
Uno de los ángulos menos difundidos de la propiedad revela una serie de arcos mediterráneos rodeados de hiedra que recuerdan a una villa romana clásica: es la imagen que la prensa ha descrito como “un palacio romano”. Estos arcos dividen el espacio entre interiores iluminados y jardines amplios, evocando una sensación de grandeza arquitectónica.
El interior refleja esta inspiración clásica: suelos de mármol y travertino, ventanales arqueados, techos con vigas, chimeneas de piedra, molduras y puertas de madera exquisita, creando ambientes propios de una residencia imperial. La cocina, equipada con encimeras en mármol Carrara, dispone de despensa y electrodomésticos de alta gama como Miele, Viking y Bertazzoni.
En el exterior se extienden jardines cuidadosamente diseñados: rosales, cipreses italianos, lavanda, olivos y un estanque con carpas koi. Llamado por Meghan el rincón de desconexión del ‘Archie’s Chick Inn’, incluye también un gallinero orgánico y zonas de cultivo. La propiedad cuenta también con piscina, cancha de tenis, casa de huéspedes y una bodega subterránea para celebraciones privadas. Con vistas al océano y rodeada de vecinos célebres como Oprah y Gwyneth Paltrow, el lugar se convierte en un retiro regio.
Meghan ha descrito el hogar como un “lugar de sanación”: “Entrar y sentir alegría, exhalar y calma. Te sientes libre” fue su emotiva reflexión. Más que una mansión, el espacio combina lujo con propósito espiritual y familiar.
Sin embargo, mantener esta mansión de estilo imperial conlleva costos altísimos. Desde servicios expertos para cuidar las carpas koi (hasta 231 £ por hora), hasta un equipo de cocina, jardinería, seguridad y limpieza que convierte la casa en un mini-hotel boutique.