El príncipe Harry y su esposa, la exactriz Meghan Markle, han mantenido una relación muy tensa con Donald Tump. En 2016, durante la emisión de un conocido late show, Meghan Markle calificó a Trump como un “misógino”, y aseguró que “nadie quiere a ese tipo de gente”.
Años después, Trump dijo que Markle era desagradable, aunque intentó suavizar sus palabras. El mandatario no ha dejado de criticar a la pareja, sobre todo después de abandonar la realeza
Ahora, con el triunfo de Donald Trump en las urnas, la situación de los duques de Sussex se complica, ya que el ahora presidente electo no olvida ni perdona las declaraciones de Markle.
La victoria de Trump supone un cambio sustancial de cara a los próximos años. El nuevo presidente electo siempre ha criticado al hijo menor del rey Carlos III que actualmente reside en Estados Unidos con su familia tras renunciar a sus obligaciones reales.
El duque de Sussex confesó en su libro de memorias Spare, que había consumido drogas, por lo que algunas organizaciones han cuestionado su estancia en el país, sobre todo, si no ha reflejado esa información en los formularios de inmigración, de ser así, es motivo de deportación.
El 20 de enero, cuando Trump tome su cargo, los duques de Sussex cambiarían sus planes. De hecho, ya adquirieron una casa en Portugal, en una urbanización gestionada por el esposo de la princesa Eugenía.
Donald Trump ha rechazado al príncipe Harry por su estatus migratorio, y aseguró que bajo ningún concepto protegerá al príncipe, y lo acusó de haber “traicionado” a su abuela.
La organización conservadora estadounidense reclamaba el formulario de inmigración de Harry con el fin de confirmar si mintió en temas relacionados con respecto al uso de sustancias.
El argumento de Trump se sostiene en las leyes de Estados Unidos, donde Harry como cualquier extranjero, tuvo que responder a un cuestionario de obtención de visa. Y una de las preguntas clave de este trámite consiste en sincerarse acerca de la adicción o el consumo de sustancias ilegales en el pasado. Mentir en esta pregunta ante la autoridad legal como el departamento de inmigración supondría la expulsión del país. Así se enfrentaría a la deportación y a la imposibilidad de solicitar de nuevo la ciudadanía estadounidense.
