Jennifer Lopez no solo es una estrella del entretenimiento global, sino también una empresaria estratégica que ha diversificado su marca más allá de la música y el cine. Con una visión clara y un instinto comercial agudo, ha construido un imperio que abarca sectores clave como la moda, la belleza, el bienestar y la producción audiovisual.
Uno de sus negocios más exitosos es JLo Beauty, su línea de productos para el cuidado de la piel lanzada en 2021. Bajo el lema “la belleza no tiene fecha de caducidad”, la marca refleja su compromiso con la salud y el empoderamiento femenino. La línea ha sido un éxito en ventas y se comercializa en grandes cadenas como Sephora.
En el mundo de la moda, Jennifer Lopez ha colaborado con marcas de alto perfil y también ha lanzado colecciones propias, incluyendo calzado con DSW y líneas de ropa que combinan glamour y accesibilidad. Su estilo personal, admirado por millones, ha sido clave para el posicionamiento de sus productos.
Otro de sus grandes frentes es la productora Nuyorican Productions, fundada en 2001, que ha desarrollado películas, series y documentales, muchos de ellos protagonizados o dirigidos por mujeres latinas. Entre sus producciones recientes destacan Marry Me y el documental de Netflix Halftime, que explora su carrera y su actuación en el Super Bowl 2020.
Además, Jennifer Lopez ha invertido en el sector tecnológico y del bienestar, incluyendo startups centradas en salud femenina y plataformas digitales. También ha incursionado en el mundo de los perfumes, con más de 25 fragancias lanzadas desde 2002, lo que la convierte en una de las celebridades más exitosas en esta industria.
Con una fortuna estimada en más de 400 millones de dólares, Jennifer Lopez demuestra que el talento, combinado con una visión empresarial clara, puede construir un legado que trasciende la fama. Hoy, más que una artista, es una marca global que sigue expandiéndose.