Referente de México para el mundo y con mucho orgullo. Así es Salma Hayek una de las mexicanas más reconocidas a nivel internacional y quien regresa a su país para presentar Quiero tu vida, un filme que produjo junto a Pepe Tamez para ViX.
“A la fecha, los momentos más valiosos de mi vida, no han tenido nada que ver con la fama ni la gloria. Sin embargo, gracias a estos dos conceptos, es que cada tanto, nos toca llevarnos una que otra decepción, las cuales resultan bastante sanas porque nos confrontan con muchas realidades que, de haber tenido éxito, quizá no las hubiéramos podido conocer”, nos confiesa con total seguridad Salma.
Asimismo, y sobre la experiencia y el reconocimiento que ha ganado con el tiempo y, claro está, con su gran trayectoria, nos cuenta: “con el tiempo aprendes, creces y la gente te ve diferente. La gente piensa que, al tener fama y gloria, menos te das cuenta de quién realmente es tu amigo y quién está por interés. En mi caso ha sido al revés y lo he tenido que aprender a la mala (risas). Simplemente, suena bonita toda esta idea de fama, pero ha destruido a mucha gente”, asegura.
Salma, ¿qué representa para ti el volver a México con este proyecto?
Yo me fui cuando la industria del cine no era fuerte en México, por lo que hoy, poder tener una plataforma como ViX y hacer esta sociedad, es hacer nuestros sueños realidad. Nos encanta tener la oportunidad de dar espacios, trabajo y apoyo al talento mexicano.
¿Qué tan importante es para ti tu público mexicano?
Son mi motor y todo lo que hago y a donde quiera que vaya, siempre los llevo conmigo.
En este filme abordan la idea del “hubiera”, ¿tú te lo has cuestionado?
Si, totalmente. Es parte del ser humano. Hasta en las relaciones uno piensa: ¿qué hubiera sido si me hubiera o no casado?, es una condición del ser humano.
¿Qué aprendizajes te dejó esta historia?
Lo interesante es ver cómo uno le echa la culpa a todos los demás por lo que no tiene, mientras ignora lo que sí, pero creo que el aprendizaje o mensaje principal es el deseo de salir adelante y movernos de un lugar en el que ya no queremos estar. Creo que es un sentimiento muy real y humano con el que todos podemos sentirnos identificados.