#9countries9weeks, la despedida

#9countries9weeks

Este proyecto sigue caminando a pesar de que ha finalizado el recorrido.

22 de agosto del 2017.
Un continente, 9 países y 9 semanas fuera de casa me han permitido compartirles un sin fin de aventuras e historias de África.

Al estar empacando mis maletas para volver a mi casa, pensaba en todos los acontecimientos, países y personas que lograron reformular mi papel no solo en África sino en el mundo entero. Lo cierto es que, #9countries9weeks no solo busca despertar la conciencia social, sino más bien, invitar a la gente a convertirse en ciudadanos del mundo, a empatizar con los diferentes problemas que nos rodean, de alguna manera hacerlos nuestros y tratar cada quien a su manera de ayudar.

Como viajera empedernida yo no creo en las despedidas. Quien se quiere ir toma sus cosas y se va, pero quien avisa es porque quiere que lo detengan. Por mi parte, no me despido porque este proyecto sigue caminando a pesar de que ha finalizado el recorrido. Como bien decía el orador místico Osho, no hay muchos caminos, hay muchos nombres para el mismo camino, y este camino es conciencia.

Mi cámara me ayudó a captar momentos inolvidables.

Nos queda repensar el mundo, nos queda el humanismo y la ambición de construir una vida más justa, educar a nuestros niños que en 30 años ellos son los que van a estar al frente de este mundo y es nuestra obligación darles lo mejor que podamos. Entender que aún nos siguen separándonos fronteras, ideologías y religiones que nos confirman que no somos iguales. Sí, algo nos diferencia, pero todos somos iguales en tanto que somos diferentes.

Al comienzo de este proyecto pensaba que tenía que existir una razón por la cual decidimos ayudar a los necesitados.

Después de mi experiencia, pienso que no se necesita una razón perfectamente argumentada, clara y concisa para empezar a ayudar, al día de hoy todavía no la tengo.

Más bien, comenzamos a ayudar cuando despertamos y observamos detenidamente a nuestro alrededor que todo ese trabajo social entendido como filantropía y activismo terminan siendo el trabajo exclusivo de unos, cuando debería de ser el trabajo diario de todos.

No podemos pasar por alto, que este mismo humanismo es aquel que ha sometido y adoctrinado a los individuos para actuar de acuerdo a una serie de leyes y discursos partiendo de sus propios interés. Basta con hacer el recuento de los países que recorrí y el número de personas que se encuentran viviendo en condiciones trágicas a consecuencia de los conflictos políticos, de poder y dinero.

Pasé experiencias únicas e inigualables.

Dicen que sin crisis no hay cambios y que sin crisis no se forman las conciencias. Para generar conciencia uno tiene que salir de su zona de confort, retarse a uno mismo y saber que muchos cambios vendrán a cuestionar su existencia: esto fue #9countries9weeks.

Me imagino que la pregunta recurrente es: ¿soy la misma después de #9countries9weeks? No, rotundamente no. Aquellos que siguieron mi proyecto saben que en ningún momento fue fácil llegar a mi destino. Más allá del clima, de la comida, de las normas gubernamentales, de los horarios, del idioma y de las tradiciones; tuve que adaptarme... y aveces esto resulta muy incómodo, pero lo logré, me pasó de todo, desde mi problema con la visa en Senegal hasta ver a niños que duermen en las calles y no poder hacer nada, vivir en angustia, siempre alerta y siempre cuidándome, también vi todo tipo de animales y los más espectaculares atardeceres. Comí camello y casi casi vivía en los camiones que me transportaban, conocí gente increíble a pesar del idioma y vi cosas desgarradoras también.

Estoy súper agradecida con todas y cada una de las personas que han podido leer este trayecto, que se han interesado, que han hecho este viaje más fácil con sus llamadas, mails y toda la gente que me he topado en el camino, desde profesores, presidentes, embajadores, gente que me ha ayudado, gente que con una sonrisa cambiaron mis días malos en los que ya me quería regresar. Amigos incondicionales que me escribieron constantemente para ver por dónde estaba y si necesitaba algo, y sobre todo a los que me han apoyado desde el principio, sino mal recuerdo este proyecto empezó en un restaurante japonés con un amigo que me dijo que estaba loca, que no iba a aguantar y bueno ahora... se ha vuelto un proyecto de vida.

Ahora África está en mis venas y no hay manera de no hacer nada al respecto. Tengo varios proyectos como la construcción de una clínica para mujeres en Sudán del Sur, una escuela en Sierra Leona y dar desayunos a niños en Etiopía.

Aquí comenzó la aventura.

Espero de corazón que les haya gustado y que con mis experiencias, fotos o videos pueden entender un poco más de la realidad de otros y juntos podamos ayudarlos.

53,250 kilómetros recorridos, 10 SIM cards, 3 pantalones, 5 tshirts, 1 par de tenis y unas botas, calcetines y ropa interior, chaleco antibalas y medicinas, cámaras de fotos y tarjetas de memoria 40 gb para imágenes y videos, 45 hoteles diferentes, los lugares más recónditos, con pobreza extrema, hambruna y malaria, gente infectada de sida, personas mutilada a causa de las guerras, niños esclavizados algunos huérfanos y países reprimidos... solo 1 meta en la mente: concientizar y ayudar a las personas que nos necesitan. Esto es #9countries9weeks África.

Marina

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