Uno de los Boeing E-4 de la Fuerza Aérea de Estados Unidos realizó una parada en una base cercana a Washington coincidiendo con la escalada de tensión con Irán, lo que ha hecho pensar que el desplazamiento de la aeronave esté conectado con un posible ataque contra territorio iraní.
El “avión del fin del mundo”, volvió de Luisiana a la base aérea Andrews, a las afueras de la capital, que sirve como punto de partida para los vuelos de larga distancia del presidente de Estados Unidos.
El E-4 es una versión modificada del 747 de Boeing, sirve como centro de operaciones desde el aire para el presidente, el secretario de Defensa y el Estado Mayor Conjunto en un escenario de emergencia bélica que incluye ataques nucleares.
Además, es capaz de resistir explosiones atómicas, ataques con ondas de pulso electromagnético o ciberataques.
El avión, que puede cargar combustible en pleno vuelo, está diseñado para permanecer en el aire durante una semana entera.
“Proporciona un centro de comando, control y comunicaciones con alta capacidad de supervivencia para dirigir a las fuerzas estadounidenses, ejecutar órdenes de guerra de emergencia y coordinar las acciones de las autoridades civiles”, según explica la Fuerza Aérea.
La aeronave soporta hasta 112 pasajeros, incluyendo el equipo conjunto de mando, la tripulación de vuelo de la Fuerza Aérea, personal de mantenimiento y seguridad, el equipo de comunicaciones y otros participantes seleccionados.
El arribo de esta aeronave de alto perfil tuvo lugar mientras aumentan las tensiones militares internacionales, marcadas por intercambios recientes de ataques aéreos y de misiles. El movimiento ha generado especulaciones sobre la posibilidad de un nuevo ataque de Estados Unidos contra Irán.