Don Eloy S. Vallina Lagüera en compañía de su esposa, hijos, nietos, familiares y amigos festejó el 3 de septiembre la sexta vendimia en la hacienda Encinillas en Chihuahua. Más de mil invitados se dieron cita a la celebración.
Por Cecilia Morales Andere
Fotos Einar González
Después de dos años de cancelación -por la alerta sanitaria- de la fiesta más importante alrededor de la elaboración del vino, Don Eloy S. Vallina Lagüera junto a su familia y más de mil invitados celebraron la bendición de la primera cosecha de Viñedos y bodegas Encinillas. Esta importante casa vitivinícola chihuahuense realizó su primera cosecha en el año 2006 gracias a la visión y pasión de Don Eloy por el vino. Sus tres hijos, Zonia, Eloy Santiago y Lorena lo apoyaron en 2003 en su idea de plantar una hectárea de vid con cepas de Cabernet Sauvignon en las tierras de la hacienda familiar Encinillas. El terroir se encuentra a 1.560 metros de altura, posee suelos arcillo-gravosos y temperaturas extremas propias de la región. Esta combinación beneficia el óptimo desarrollo del fruto de la vid. Nueve años después de la primera plantación, el viñedo dispone de 70 hectáreas con cepas de uvas tintas y blancas, entre ellas, Cabernet Sauvignos, Shiraz, Merlot, Cabernet Franc, Tempranillo, Malbec, Petit Verdot y Chardonnay. La producción de 180 mil botellas por año se logra por el proceso cauteloso desde el inicio en la selección de los racimos, la fermentación de los mostos y su añejamiento -algunos hasta 36 meses- en una cava semisubterránea con cien mil barricas de roble americano y francés. Actualmente, son 14 etiquetas de vinos de excelente calidad con características específicas y acreedores a diversos galardones a nivel mundial. En un principio, hablar del vino en Chihuahua fue un reto, hoy, los vinos de Encinillas sorprenden a expertos y catadores, llevándolos cada vez con mayor frecuencia a las mesas familiares y de negocios de México y del extranjero.
ANATOMÍA DE LA VENDIMIA ENCINILLAS 2022
La bendición de la primera cosecha se llevó a cabo en el lugar que se acondicionó para celebrar el festival de la vendimia en la hacienda Encinillas. Los detalles fueron cuidados minuciosamente, planeados y supervisados por Don Eloy S. Vallina Lagüera, sus familiares, el enólogo Fernando Mendoza y Antonio “Tonicho” Ferreira. Sin embargo, el sábado 3 de septiembre, una lluvia atípica de la temporada se hizo presente a lo largo del día. La logística del evento tuvo que cambiar de último momento. La bendición de la cosecha se realizó debajo de la carpa que albergaba a más de mil invitados y en donde se degustó una comida de tres tiempos bajo la dirección de la chef Rocío González Villareal. Los comensales disfrutaron una Ensalada de verano con un toque de granada y aderezo de cítricos, Corazón de filete de res choice en salsa de blackberry con puré de coliflor aderezado con aceite de trufa y parmesano reggiano acompañado de papitas cambray al romero, para los paladares más dulces se sirvió un Cheesecake de chocolate con coulis de zarzamora y arándanos y Pavlova de piña y maracuyá. Todos los alimentos se maridaron con vinos de Encinillas, entre ellos, La casona, Blanquísimo de barrica y semi dulce, Megacero, Hacienda de Encinillas y más, también se degustó como aperitivo el lanzamiento de la Crema de vino que recibió a los invitados. La pisa de uvas se llevó a cabo en una carpa lateral. Para amenizar la comida se disfrutó la música de un grupo en vivo que amenizó hasta largas horas de la noche. En el afán de salvaguardar la integridad y vidas de los presentes, se pospuso la presentación del espectáculo Myst, ya que las condiciones climáticas no eran las apropiadas.
DESDE 1707
Fue durante ese año que se funda La hacienda de Encinillas, rodeada de inmensos valles que son testigo de relevantes acontecimientos históricos para el estado local y para nuestro país. En más de una ocasión albergó al presidente Benito Juárez, su construcción sirvió como cuartel de las tropas revolucionarias, de grandes correrías y embates por los indios bárbaros que habitaban en la región. Por otra parte, se observa una sobria capilla con el nombre de San Juan Bautista de Encinillas fundada en 1658 por frailes Franciscanos. Cuenta la leyenda que los religiosos viajaban con sus propias cepas de vid y encontraron las condiciones favorables para hacer su propia producción en estas tierras. La hacienda y su majestuoso casco vivieron importantes remodelaciones hasta 1993, año en que la familia Vallina adquiere la propiedad.
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