Tras las elecciones en España del pasado 23 de julio, tanto el PP como el PSOE no han conseguido el apoyo suficiente para estar al frente del gobierno español, por lo que existe la posibilidad de que la elección deba repetirse.
Esta situación ya se vivió en 2016 y 2019, y esta vez, puede afectar tanto la agenda del rey Felipe VI, como el juramento a la Constitución de la princesa Leonor, que es parte de sus responsabilidades al cumplir 18 años.
El mes de agosto es un mes ocupado para el rey de España, pues además de comenzar sus vacaciones, tiene varios eventos oficiales, como cenas, fotografías familiares, la Copa del Rey de vela, y una vista a Paraguay para la toma de posesión de su nuevo presidente.
El día 17 de ese mes, el rey Felipe será el encargado de recibir en Zarzuela a la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, quien le informará en persona sobre la composición de las cámaras. Ese mismo día, la princesa Leonor iniciará sus estudios en la Academia General Militar de Zaragoza, por lo que el rey deberá organizar su agenda para asistir a ambos eventos.
En eses días, el monarca será responsable de convocar a consultas a “los representantes designados por los grupos políticos con representación parlamentaria”, como lo establece la Constitución, lo cual permitirá al rey contar con la información necesaria sobre cómo estará compuesto el Congreso, para poder proponer al candidato con más posibilidades de ser investido en la cámara.
Sin embargo, esta decisión será complicada, como sucedió en los años anteriores. Si no hay un consenso para elegir al presidente del Gobierno, se disolverían las Cortes y se convocaría a una nueva elección antes de fin de año, lo cual podría coincidir con el acto institucional más importante para la princesa Leonor, quien cumple 18 años este 31 de octubre: la jura a la Constitución española.
Siguiendo la tradición, la heredera al trono de España haría su juramento el mismo día de su cumpleaños, tal como lo hizo su padre el 30 de enero de 1986. Y aunque no es una tradición oficial, en caso de que el evento se retrasara, no sería bien visto que se realizara ante unas Cortes a punto de disolverse, además de que este gran paso de la princesa perdería su valor simbólico.
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