Una historia donde lo cotidiano se vive en silencio. En “Sorda”, la directora y guionista española Eva Libertad cuenta la historia de Ángela, una mujer sorda que enfrenta la maternidad en un mundo diseñado para quien puede oír, y a Héctor —interpretado por Álvaro Cervantes—, su pareja oyente que también funciona como el canal de comunicación de su mujer hacia el mundo.
A mí me sorprendió mucho, cuando me contó Miriam lo difícil que era para ella seguir el día a día del cine español, porque no podía verlas en las salas de cine, solo extranjeras subtituladas.
Álvaro se preparó un año antes de iniciar el rodaje, al estudiar lenguaje de señas con una familia conformada por hijos Coda, a quienes se les otorga el término por tener papás sordos, mientras que ellos son oyentes. Su compañera de reparto, Miriam Garlo, quien es una artista sorda, además es hermana de la directora. Por lo que el lenguaje más poderoso de esta historia es el amor.
La historia se tensa al momento en el que nace su primer hija, siendo que tanto Ángela como Héctor, viven meses de incertidumbre, por descubrir si su bebé es oyente o sordo. Desde el parto hasta la crianza, la película de manera íntima y natural, muestra los retos que vive una mamá sorda en un mundo que sin quererlo, la exilia de lo cotidiano.
En el rodaje me impactó la secuencia del parto— grabada con un personal médico real — ver a Miriam con esa barrera comunicativa de estar completamente perdida en un momento tan vulnerable.
Una obra de arte que desde el amor, retrata la complicidad de una relación amorosa más allá de la barrera comunicativa. Con actuaciones impecables y un final que impactará profundamente en todos los corazones. Un filme que funciona como una carta de empatía e inclusión de un tema poco explorado en el arte.