Deliciosos y prácticos: dos valores que definen con naturalidad a Lillet Blanc y Lillet Rosé. En diciembre, cuando las agendas se llenan de reuniones familiares, brindis espontáneos y encuentros que celebran el cierre del año, este aperitivo francés encuentra su momento ideal. Su ligereza, elegancia y espíritu relajado lo convierten en el aliado perfecto para crear atmósferas acogedoras, donde todo fluye sin esfuerzo y con estilo.
Lillet tiene esa virtud poco común de adaptarse a casi cualquier ocasión. Funciona igual de bien en un brunch festivo, una cena familiar, una reunión casual entre amigos o incluso en esa primera visita a casa de la pareja, cuando se busca causar una buena impresión sin caer en excesos. Es sofisticado, pero cercano; refinado, pero fácil de disfrutar.
La esencia de Lillet está en su versatilidad sin complicaciones. Permite desde combinaciones simples y refrescantes hasta cócteles más elaborados, siempre con un resultado elegante. No exige técnicas complejas ni ingredientes difíciles de encontrar, lo que lo vuelve ideal para anfitriones que quieren disfrutar tanto como sus invitados.
A esto se suma un perfil aromático equilibrado, donde conviven notas cítricas, florales y frutales. Esta riqueza sensorial le permite acompañar con naturalidad una mesa navideña tradicional —pavo, bacalao o postres especiados—, pero también botanas frescas y bocados ligeros. Lillet no impone, acompaña; y en esa flexibilidad radica gran parte de su encanto.
¿Blanc o Rosé? Dos estilos, una misma esencia
Tanto Lillet Blanc como Lillet Rosé nacen de una cuidada mezcla de vinos de Burdeos con licores de frutas cítricas y maceraciones. Ambos comparten frescura y elegancia, pero cada uno conversa con un estado de ánimo distinto.
Lillet Blanc es la expresión más clásica de la casa. Equilibrado, con notas florales, cítricas y un delicado amargor herbal, seduce a quienes valoran la sofisticación atemporal del aperitivo francés. Su carácter redondo y gastronómico lo hace ideal para cenas familiares, reuniones más formales o momentos donde el maridaje tiene un papel protagónico.
Lillet Rosé, en cambio, ofrece un perfil más vibrante y afrutado. Ligero, fresco y contemporáneo, conecta con paladares que buscan notas de frutos rojos y flores, y con reuniones donde la energía es relajada, luminosa y alegre. Es perfecto para brunches festivos, sobremesas al aire libre y encuentros entre amigos que se alargan sin prisa.
Inspiración en copa
Durante esta temporada, Lillet se convierte en la base ideal para cócteles que celebran el espíritu festivo: desde un Spritz Rubí de tonos brillantes y refrescantes, un Blanc con tónica sencillo y elegante, hasta clásicos reinterpretados como el Vesper Martini, o propuestas florales y ligeras como Endless Spring Rosé. Opciones que acompañan distintos momentos del día y distintos tipos de celebración, siempre con un toque francés inconfundible.
Al final, la elección es cuestión de personalidad: Lillet Rosé para quienes buscan frescura y modernidad; Lillet Blanc para quienes prefieren balance y tradición. Dos estilos distintos, una misma esencia. Porque en diciembre —y en cualquier ocasión que merezca ser celebrada— el verdadero lujo está en compartir, disfrutar y brindar con naturalidad. Encuentra más en el Instagram de @Coopbrands