EL nuevo hotel de Grupo Habita ofrece una experiencia de hospitalidad que combina bienestar, cultura y diseño. En el, podrás disfrutar de un spa inspirado en los cenotes, un sauna tuj con rituales mayas y una piscina que evoca las antiguas cisternas de las haciendas.
El hotel Sevilla Mérida revive espacios con historia para convertirlos en un destino de lujo sostenible, en un entorno donde el pasado y el presente conviven.
Este nuevo espacio en el corazón de Mérida, una de las ciudades más emblemáticas del sureste mexicano, se posiciona como un punto de encuentro para el viajero que busca autenticidad y calma.
El Hotel Sevilla que resurge como un espacio que combina historia, arte y hospitalidad contemporánea, ocupa una de las primeras casonas levantadas tras la fundación de la ciudad en 1542. La propiedad con muros de piedra, patios interiores y proporciones propias de la arquitectura novohispana, perteneció a Josefa Escudero y Aguirre, hija de Pedro Manuel Escudero Gillón, factor del tabaco encargado de administrar y recaudar los ingresos de este importante comercio bajo la supervisión de la Corona española. En esa época, la casa fue un punto de encuentro de viajeros, exploradores y miembros del Partido Conservador, quienes organizaban tertulias políticas para definir el destino de Mérida.
En el siglo XX, el inmueble pasó a manos de la familia Duarte, conocida por su relación con el sector azucarero. Se sabe que el edificio mantuvo su carácter residencial hasta que, en la década de 1950, fue adquirido por Antonio Mimenza Ortiz, quien lo transformó en el Hotel Sevilla. Ahora, bajo la dirección de Rafael Micha y Grupo Habita, el edificio renace como un proyecto que une la herencia colonial con una visión contemporánea de la hospitalidad, con un lenguaje arquitectónico y estético actual. Este nuevo hotel se concibe como un refugio que invita a la contemplación y al descanso.
Cada habitación conserva la esencia colonial del edificio, pero incorpora mobiliario contemporáneo y detalles que evocan el pasado, para ofrecer una experiencia atemporal, donde los huéspedes puedan sentir la historia sin renunciar al confort moderno.