La moda siempre ha sido el hilo conductor de “Emily in Paris”, pero en esta nueva temporada adquiere un matiz aún más íntimo y cool. La historia se traslada a Roma, donde el estilo se vuelve más maduro, elegante y profundamente italiano, dialogando con la ciudad, sus códigos y su herencia estética.
En ese contexto, uno de los momentos más simbólicos llega de la mano de Marcello, el novio de Emily, quien le regala una Fendi como gesto de amor. No es solo un accesorio, es una declaración. La elección de la maison romana habla de abundancia, sensibilidad y de un hombre atento, capaz de observar y entender lo que a su pareja le gusta, incluso sin que ella lo diga.
Como respuesta, Fendi lanzó dos de los íconos más reconocidos de la maison: el bolso Baguette, en dos versiones exclusivas, y el Peekaboo, reinterpretados para capturar la esencia vibrante de la historia creada por Darren Star. En Roma, Fendi se convierte en símbolo de romance moderno y de un amor que se comunica a través del estilo.