La fotógrafa Graciela Iturbide y su hijo Mauricio Rocha, nos recibieron en su estudio en Coyoacán

La fotógrafa Graciela Iturbide y su hijo Mauricio Rocha, nos recibieron en su estudio en Coyoacán

CARAS entró al estudio de la fotógrafa mexicana más reconocida y, en compañía de su hijo, nos abrieron su corazón para hablar de sus experiencias, sus momentos juntos y sobre todo– de la vena creativa y artística de ambos, que sin duda, ha dejado huella en nuestro país.

Por María del Mar Barrientos
Fotos Christopher Armenta

Es la primera y la última entrevista que doy con mi hijo”, me dijo Graciela Iturbide cuando llegamos a su estudio. “Solo porque insististe mucho”, dijo muy amable y sonriente, y conforme fuimos avanzando estaba más alegre aún, recordando los mejores momentos que ha tenido en su carrera y al lado de su hijo, el arquitecto Mauricio Rocha, quien heredó algo más que la vena creativa de su madre, un ímpetu y un amor al trabajo, que han dado como resultado, una familia de artistas muy exitosos. En su estudio de tres pisos, rodeados de ladrillo y con una luz espectacular que alumbra cada una de las piezas que Graciela Iturbide ha acumulado alrededor de tantos años de carrera y viajes que ha realizado por trabajo, comenzamos la entrevista. Es oportuno mencionar que los retratos no le hacen justicia a la increíble relación de complicidad y amor que tienen madre e hijo.

La fotógrafa Graciela Iturbide y su hijo Mauricio Rocha, nos recibieron en su estudio en Coyoacán

Mauricio, ¿cómo recuerdas tu infancia?

MR: Para mí, fue muy importante crecer dentro del mundo creativo e intelectual de mis padres, que vivieron juntos hasta que yo cumplí seis años de edad, después se separaron, y yo me fui a vivir con mi madre y ahí es donde se fue desarrollando en mí la fotografía. Veía cómo se metía al cuarto oscuro, cómo revelaba las fotos, los amigos que tenía y lo que platicaban. Desde niño, siempre vi ese mundo de intelectuales, gente muy sensible, fui como una esponjita y adquirí información del mundo, del gusto, de la estética, de cómo ver y de cómo pensar. GI: Sobre todo recibiendo opiniones de escritores, pintores y demás. De alguna manera influían en los niños, yo vengo de una familia burguesa y conservadora. Para ellos fue como tener otro mundo.

¿Cómo era Graciela como mamá?

MR: Muy linda, por supuesto. Mi mamá en los años 70, se separó de mi padre, empezó a vivir sola y fue muy complicado. Si ahora es difícil, en ese entonces era peor. Nosotros nos vinimos al vivir al sur de la Ciudad de México, porque nos recomendaron una escuela que buscaba romper mucho esos patrones. Yo diría que es una forma de ver a una madre con libertad y energía, con una independencia la cual hace que uno entienda lo importante que es la vida cotidiana y su doble conversión, la parte familiar y el trabajo que es integral. GI: La escuela a la que fueron mis hijos era laica, en comparación al colegio que yo fui que era de monjas, católica. Toda su generación curiosamente se dedicó al mundo del arte.

Graciela Iturbide, ¿educaste a tu hijo consciente o inconscientemente alrededor del mundo del arte?

GI: Yo tenía muchas inquietudes, quería ser escritora, pero mi familia conservadora, evidentemente, me dijo, “estás loca”, entonces me casé con un señor más liberal que los otros. Por supuesto que, en mi desarrollo, aunque yo desde chica estuve en una escuela católica interna, El Sagrado Corazón, no podías hablar ni decir nada, tuve la fortuna de poder acceder a la biblioteca, y ahí me nutrí de conocimientos, de obras clásicas, no modernas, aunque me sirvió muchísimo. Desde niña, a pesar de que mi familia era conservadora, yo me robaba libros de la biblioteca, quería desarrollarme, no deseaba ser como me habían educado, yo buscaba ser de otra manera.

A la fecha, Graciela Iturbide es considerada una de las mejores fotógrafas del país.

A la fecha, Graciela Iturbide es considerada una de las mejores fotógrafas del país.

Mauricio, ¿alguna vez pensaste en dedicarte a otra cosa que no fuera el mundo del arte y la arquitectura?

MR: Cuando era niño me gustaba mucho el futbol, hubo un momento en el que tuve el sueño de ser un futbolista, le decía a mi mamá que sentía que no iba a ser yo igual de intelectual que mi hermano. GI: Mauricio me decía: “Lo siento por ti mamá, no soy intelectual como mi hermano”, pero yo le contestaba, “tú haz lo que quieras en la vida, pero con pasión”. Quieres ser futbolista, sé futbolista, deseas ser zapatero, sé zapatero, ser banquero, que me chocan, puedes ser banquero, haz lo que quieras en la vida, pero siempre con mucha pasión.

“Ver el resultado de cómo son mis hijos, lindos, exitosos, creativos y, sobre todo, que tienen pasión por lo que hacen esa es la mayor satisfacción como mamá”. Graciela Iturbide.

¿Cómo fue entonces que te decidiste por el mundo de la arquitectura?

MR: Uno empieza a descubrir que existe un interés, yo dudé mucho si el cine, la foto o el arte contemporáneo. Me daba miedo estudiar arquitectura porque aunque mi padre es arquitecto, a veces los arquitectos se dedican a esto por miedo a ser artistas, y porque ahí sí puedes ganar dinero, pero generalmente quien gana dinero en la arquitectura no es el que diseña, es el que construye y vende. Me gustaba la arquitectura por la construcción de espacios, por el tema de la luz, de la atmósfera, pero fue hasta después que descubrí la relación realmente tan importante entre la arquitectura, el cine, la foto, el arte en general, que tiene que ver con la construcción del espacio, la luz, el ambiente, las sensaciones.

mauricio rocha

Estuve a punto de estudiar cine, mas cuando salí de la preparatoria dije, “yo tengo que cumplir con mi ilusión de lo del futbol” y jugué un año con los Pumas, pero al mismo tiempo, no quería perder el tiempo, me metí a estudiar Antropología. Estaba yo jugando futbol y leyendo libros al mismo tiempo. Al final, no me gustó el ambiente futbolístico y tampoco deseaba ser antropólogo, y ahí es donde la arquitectura me atrapó por completo. GI: Cuando era muy chiquito, todos los días regresando de la escuela compraba el periódico y coloreaba las fotos en blanco y negro. Tengo de él dos cuadernos maravillosos que quiero publicar un día porque recortaba todo y con plumón lo detallaba, ¡bellísimo!

¿En qué se parecen y en qué difieren?

MR: Lo que uno hereda es la pasión por el trabajo y las ganas de hacer las cosas y divertirse haciéndolas, el comprometerse a fondo y buscar ser autocrítico, el hacer bien las cosas. En el caso de mi madre y nosotros de pequeños, ella estaba fotografiando un mundo que nosotros simplemente no conocíamos. GI: A través de la cámara tuve la oportunidad de conocer bien las partes que fue mi país, mismas fotos que yo les enseñaba cuando regresaban, a veces no podían, por el futbol, por la escuela o por lo que fuera, pero siempre tuvieron acceso a mi trabajo, me criticaban y aconsejaban, igualmente yo veía sus trabajos.

¿Lo siguen haciendo? ¿Son autocríticos entre ustedes?

MR: Sí, nosotros nos vemos todos los domingos, mi hermano es músico y artista, entre todos nos platicamos todo lo que hacemos. Al final lo que es muy lindo es que ya a la siguiente generación que son mis hijos, Matías y Diego, y Camila, la hija de mi hermano, también se quedan escuchando, así como cuando nosotros éramos chicos, están superatentos, Matías quiere ser escultor, Diego cineasta, Camila todavía no sé.

¿Cómo eran esos domingos en su casa?

M.R. Venían amigos de mi mamá, de repente, a comer, un cineasta, gente del mundo del arte y mi mamá es muy joven de espíritu así que tiene amigos de nuestra edad. Imagínate para nosotros la fortuna de conocer a grandes fotógrafos que en ese momento se quedaban en la casa porque no tenían dónde ir, aprendíamos muchísimo de ellos. Eso les pasa ahora a mis hijos, dicen que el gran aprendizaje está en la sobremesa. GI: Es muy bonito tener amistad con toda la gente, evidentemente, pero también intercambiar opiniones, ver lo que los otros están haciendo, que ellos opinen de tus trabajos y nosotros de los suyos; se va formando un mundo cercano entre todos nosotros en el que nos influimos y ayudamos a tratar de ser mejores.

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¿Tienes álbumes de tu familia que tú hayas tomado también?

GI: Sí, están en mi estudio, cada vez que imprimo esas fotos, hago los álbumes. En su momento se los repartiré a cada uno. Yo tuve una hijita que murió, Claudia, es de la que menos tengo retratos, pero tengo algunas cosas que me hizo de pinturitas y fotitos de ella, en un álbum y también está en nuestros recuerdos.

OBRAS DE GRACIELA ITURBIDE

Nuestra señora de las iguanas, 1979

Nuestra señora de las iguanas, 1979

Francisco Toledo, 2000

OBRA MAURICIO ROCHA

Museo Diego Rivera Anahuacalli

Museo Diego Rivera Anahuacalli

Descubre la entrevista completa con Graciela Iturbide y Mauricio Rocha en la edición impresa CARAS OCTUBRE o en el siguiente link descarga gratis. Da clik.

Licenciada en Ciencias de la Comunicación. Editora web y Social Media Manager de la revista Caras México de Editorial Televisa.
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