Las CARAS del Emprendimiento: Mónica Díaz

Mónica Díaz reinterpreta las piezas del tiempo, y resignifica el pasar de éste con Tic Not, un objeto de diseño y comunidad que pretende cambiar nuestros hábitos.

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Christopher Armenta

Tic toc, tic toc. La contemporaneidad y la condición humana nos han empujado a vivir una vida al mil por hora. La tecnología, en lugar de ser un aliado perfecto, se ha convertido en ese constante recordatorio de lo efímeras que son las cosas y casi en un ticking time bomb. Para combatir esa latente preocupación y esa inminente explosión de tiempo, Mónica Díaz ha creado Tic Not.

Una epifanía del tiempo. Comunicóloga por estudios, madre de dos, directora de su propio emprendimiento, y mujer en un México que compite por la productividad sinfín. Mónica Díaz comienza su carrera profesional en el mundo editorial y después inicia una plataforma digital que tomaba como base las redes sociales. Siendo que su trabajo constaba de estar al pendiente de la actualidad y de todo lo ocurrido al instante, comienza a tener una cierta inquietud con la rapidez con la que se movía el mundo. “Creo que uno de los momentos más difíciles para mí, y que me iluminaron para comenzar esto, fue el que uno de mis hijos me pidiera que dejara el teléfono para jugar con ellos un rato”, menciona Mónica Díaz.

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Christopher Armenta

Tic Not comienza como una sencilla idea que invitaría a sus usuarios a replantear la idea del tiempo. En un viaje, decide regalarle un reloj de juguete a uno de sus hijos y se percata de que el dial se había perdido. “Siento que ver el reloj, sin función alguna, fue una señal de parte de la vida por comprender que, aunque pensemos que el tiempo se pasa volando, podemos hacer todo porque perdure”.

Es ahí cuando se acerca a conocidos y a Nacho Cárdenas e Iker Ortiz para elaborar la primera pieza. Un reloj sin dial, sin manecillas, y sin el pasar del tiempo. Elaborado 100% en México y de materiales reutilizados, Tic Not es un reloj que nos recuerda la importancia del estar, aquí y ahora. La misión de obligar a la gente a conectar con el presente es lo que les mueve, y han creado una comunidad que se apoya de sí misma para crear memorias y hábitos. En palabras de Mónica: “Materializar una carencia”. Al materializarla, logramos destruir los hábitos que la propician.

Mónica Díaz ha trabajado de la mano de gente que cree en la causa, para hacer de esto un movimiento y un objeto que cree una conversación. Su colaboración con un monje le ha aportado una nueva visión sobre la importancia del estar, y distintas herramientas que fácilmente se pueden aplicar en nuestro día a día para comenzar a vivir en el ahora y separarnos de las notificaciones al alcance de nuestra muñeca.

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Christopher Armenta

Mónica Díaz ha logrado desestigmatizar una plática incómoda a través de un objeto sencillo que es tan cotidiano como se espera, pero que logra llamar la atención por su peculiar diseño. Sin duda, de esos proyectos que abren la mesa a los debates y generan cambios en nuestra visión sobre temas tan normalizados.

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