En una historia que parece sacada de una película de Hollywood, Elon Musk se encuentra en medio de una disputa financiera con el sobrino del fallecido actor Gene Wilder, Jordan Walker-Pearlman, y su esposa, Elizabeth Hunter.
Musk les vendió la antigua mansión de Wilder en Los Ángeles y les prestó 6.7 millones de dólares para facilitar la compra. Sin embargo, cuatro años después de la transacción, la pareja no ha cumplido con los pagos del préstamo, lo que llevó a Musk a iniciar procedimientos de ejecución hipotecaria.
¿Cómo fue la compra de la casa de Gene Wilder?
La propiedad en cuestión no es una casa cualquiera. Originalmente pertenecía a Gene Wilder, quien la ocupó desde finales de los 70 hasta su muerte.
Elon Musk compró la mansión en 2013 por 6.75 millones de dólares, pero su apego a la propiedad iba más allá de lo material. Cuando decidió venderla en 2020 por 9.5 millones de dólares, Musk impuso la condición de que el comprador debía mantener la casa tal como estaba, en un esfuerzo por preservar el legado de Wilder.
Gene Wilder’s Beverly Hills House, full of his character, the one we held the the ‘Third Row’ Interview with Elon Musk — is on the Market for under $13M
— K10✨ (@Kristennetten) August 23, 2024
Hoping the Gene Wilder house can remain intact “as is” in the new sale, required since the nephew was unable to make payments… pic.twitter.com/TjTx6HqJgl
¿Cuál fue la negociación para financiar la compra?
Walker-Pearlman, quien pasó gran parte de su infancia en la casa, y su esposa no podían permitirse pagar el precio inicialmente pedido por Musk.
Al reconocer su conexión personal y emocional con la propiedad, Musk no solo redujo el precio a 7 millones de dólares sino que también financió la compra con un préstamo de aproximadamente 6.7 millones de dólares. Este hecho, poco usual en un magnate, ahora parece haberse vuelto en su contra.
Según informes de The Wall Street Journal, la pareja se retrasó en los pagos del préstamo, agravados por dificultades financieras exacerbadas por la huelga de guionistas de Hollywood en 2023.
A pesar del aviso de incumplimiento que técnicamente permite la venta forzosa de la casa, Walker-Pearlman y su esposa continúan en la residencia.
Ante la posibilidad de una ejecución hipotecaria, decidieron listar la propiedad por 12.95 millones de dólares, en un intento de saldar la deuda y potencialmente obtener una ganancia significativa.
A pesar de la situación financiera precaria y el proceso de ejecución hipotecaria en marcha, Walker-Pearlman expresó gratitud hacia Musk por la oportunidad de comprar la casa.
Según las declaraciones hechas al Wall Street Journal, mencionó que “Elon nos dio una oportunidad mágica. No tengo ninguna queja”.
Este comentario resalta la complejidad de sus emociones y la deuda “espiritual” que siente hacia Musk, independientemente de los desafíos financieros actuales.