Una de las frases más repetidas durante un cónclave es que el Papa “es elegido por el Espíritu Santo”. Pero ¿qué significa realmente? ¿Es una intervención divina directa o una guía espiritual para los cardenales?
Para muchos fieles católicos, el Espíritu Santo ilumina las mentes y corazones de los cardenales durante la votación, ayudándolos a elegir al líder más adecuado para la Iglesia en ese momento. Es una visión basada en la fe, donde la elección del Papa es vista como parte del plan divino.
Sin embargo, teólogos y expertos en historia eclesiástica suelen ofrecer una visión más matizada. Algunos explican que si bien se invoca la inspiración del Espíritu Santo, el proceso sigue siendo humano, influido por factores como la experiencia pastoral, la geografía, las tensiones internas del Vaticano e incluso la política global.
Joseph Ratzinger (Benedicto XVI) llegó a decir en una ocasión: “No siempre elige el mejor, sino a veces el más necesario para la época”. Así, la acción divina y la responsabilidad humana conviven en una decisión compleja que va más allá del misterio.