El intérprete sueco saltó a la fama a los 15 años con la película de Visconti, y se ganó el título del chico más guapo del mundo. Su fallecimiento ocurrido el sábado fue anunciado por el cineasta Kristian Petri y Kristina Lindström, directores del documental sobre su vida.
La noticia ha conmovido al mundo del cine que recuerda la imagen del joven de belleza inalcanzable que cautivó al director Luchino Visconti. En 1970, el cineasta viajó por toda Europa en busca del chico perfecto para personificar la belleza absoluta en su adaptación de Muerte en Venecia de Thomas Mann, y en Estocolmo descubrió a un tímido adolescente de 15 años, a quien condujo a la fama internacional.
Sin embargo, la experiencia de rodar esa película le sumió en una depresión y le condujo a una espiral de adicciones. Así lo contó en el documental sobre su vida en la que habló de la depresión y sus adicciones, consecuencias del fuerte impacto psicológico.
A ello se suma una infancia marcada por la tragedia, ya que creció sin padre y su madre se suicidó cuando él tenía diez años de edad, fue criado por sus abuelos maternos y estudió música en la Escuela Adolf Fredrik.
Además, tuvo papeles en producciones suecas, japonesas y en otras películas, al grado de convertirse en una figura publicitaria y musical, grabando canciones y realizando anuncios como modelo. Además, despuntó como músico profesional y tecladista del grupo Sven Erics.