Cumplió su sueño de tener su propio teatro, el Teatro Esperanza Iris, hoy, Teatro de la Ciudad Esperanza Iris de la Secretaría de Cultura del Gobierno del Distrito Federal.
La historia de México también está marcada por brillantes mujeres que han dejado un legado importante y que pocas veces volvemos a recordar.
Esperanza Iris, mejor conocida como Emperatriz de la Gracia o Reina de la Opereta nació un 31 de marzo de 1888 en Villahermosa, Tabasco y como era de esperarse en aquella época, su carrera no tendría futuro en caso de quedarse en casa.
En la Ciudad de México logró todo aquello que siempre soñó; vivió experiencias y retos que marcarían su corazón y a muchos mexicanos.
Corría el año 1896 y ella a penas tenía 12 años pero una capacidad para cantar que pocas veces se ha visto. Lo primero que hizo para empezar, literal, de cero, fue cambiarse el nombre, ya que el que llevaba de pila era María Esperanza Bonfil Ferrer.
Debutó como actriz de opereta en el teatro Abreu, donde trabajó por cinco años y se convirtió en una de las jovencitas más populares. Su siguiente paso importante fue en 1902, pues logró triunfar en el teatro Principal con la obra “Cuarta Plana”, y la cual la llevó a recorrer América y Europa, en una gira que le dejaría no sólo éxito, también millones de sueños.
En alguna de las giras que hizo, llegó a Brasil, donde la llamaron “Reina de la opereta”. Cabe señalar que en una de sus giras, Esperanza conoció al rey Alfonso XIII de España, quien aprovechó el paso de la compañía por el país ibérico para condecorarla.
Para 1918, vio muy cercano aquel sueño de tener su propio teatro y lo logró con el teatro Iris, en la calle de Donceles, en el centro de la Ciudad de México.
Iris murió en 1962 pero para 1976, el Departamento del Distrito Federal asumió el control del teatro, le cambiaron el nombre a Teatro de la Ciudad. Ocho años después, en 1984, el edificio sufrió un fuerte incendio, que casi acaba por completo con él y pasó mucho tiempo en el abandono.
Para 1999, el gobierno del Distrito Federal decidió restaurarlo para abrir nuevamente sus puertas.
En 2008, a 90 años de su fundación, el GDF decidió rendir un homenaje a la diva del canto, renombrando el recinto como Teatro de la Ciudad Esperanza Iris.
Entre sus proyectos, podemos recordar Mater Noster y Noches de Gloria, La viuda alegre.
Podríamos pensar que todo sería como vivir un cuento de hadas, pero la realidad no fue así, y eso se decubrió hace pocos años gracias a unos diarios escritos en 1931 y 1948, en los que ella cuenta sus logros, pero predominan momentos íntimos y de dolor, como la muerte de sus hijos. Se descubrió que era muy religiosa, pasaba al menos un día a la semana en una iglesia.
¿Quién fue su gran amor?
Iris estuvo casada con el también cantante Paco Sierra. Su historia era de lo más maravillosa, pero según revelan datos de sus memorias, él tuvo muchos problemas legales que lo condenaron a estar en la cárcel de Lecumberri. Para Iris esto fue terrible y devastador, sin embargo, el amor lo puede todo y para estar cerca de él, formó un coro penitenciario en el llamado Palacio Negro de Lecumberri.
Gran parte de los textos inéditos que conforman el libro fueron donados al Centro de Información Teatral Rodolfo Usigli (CITRU) a finales de los años 90 y se convirtió en el Fondo Archivo Personal de Esperanza Iris (FAPEI), integrado por más de 3 mil documentos.
