En medio de los problemas legales que enfrenta, el expresidente Donald Trump podría buscar refugio en un precepto constitucional conocido como la “cláusula de supremacía”.
Este término se refiere al Artículo VI de la Constitución de Estados Unidos, que establece que la Constitución y las leyes federales son la “ley suprema del país”, teniendo preeminencia sobre cualquier ley estatal que sea contraria a ellas.
Potencial impacto en los casos legales de Donald Trump
Donald Trump enfrenta actualmente varios juicios que podrían tener implicaciones significativas para su futuro. Si bien es posible que pueda deshacerse de los juicios federales si gana las elecciones en noviembre, los casos estatales en Georgia y Nueva York seguirían fuera de su alcance inmediato.
Sin embargo, podría invocar la cláusula de supremacía para intentar posponer estos procesos estatales mientras ejerce la presidencia.
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Limitaciones de la cláusula de supremacía
A pesar de que la cláusula de supremacía establece que las leyes federales tienen precedencia sobre las estatales, no otorga inmunidad total al presidente frente a litigios estatales.
De hecho, la Corte Suprema ha dictaminado en el pasado que, aunque un presidente no está exento de citaciones penales estatales, cualquier citación debe estar debidamente justificada y no obstaculizar el desempeño de sus deberes presidenciales.
Precedentes relevantes relacionados
El caso más relevante en este sentido es el juicio contra Bill Clinton en 1997, donde la Corte Suprema dictaminó que un presidente no puede ser completamente inmune a los procesos legales durante su mandato.
Este precedente sugiere que mientras Trump podría intentar usar la cláusula de supremacía para argumentar que un juicio estatal interfiere con sus deberes presidenciales, es poco probable que consiga una exención completa de los mismos.
Implicaciones de un segundo mandato
En caso de que Trump resulte electo para un segundo mandato, podría encontrarse en una situación única donde tendría que balancear los deberes presidenciales con la necesidad de atender a litigios personales en distintos estados.
Este escenario plantearía un dilema constitucional que podría requerir una interpretación adicional por parte de la Corte Suprema sobre el alcance real de la cláusula de supremacía en lo que respecta a un presidente en ejercicio.
La cláusula de supremacía podría ofrecer a Donald Trump una estrategia para manejar sus problemas legales, pero no necesariamente le garantiza una salida.
Con la política y la ley a menudo entrelazadas, la situación de Trump destaca la compleja interacción entre diferentes ramas de gobierno y la ley, donde la última palabra la tendrá, como en muchos casos, la Corte Suprema de Estados Unidos.
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