Medios italianos publicaron que el diseñador fallecido el pasado 4 de septiembre a los 91 años tras complicaciones de salud, Giorgio Armani, dispuso que sus herederos vendan gradualmente su marca, o bien, que busquen su cotización en Bolsa, marcando un giro sorprendente para la industria de la moda.
La última voluntad de Armani está alineada con su intención de salvaguardar la continuidad estratégica, la cohesión corporativa y la estabilidad financiera de la moda. Además, se dio a conocer que todas las decisiones estratégicas a corto y medio plazo recaerán en Pantaleo Dell’Oro-compañero y mano derecha del “rey de la moda” y la familia, con el apoyo de la Fundación Giorgio Armani.
El testamento del diseñador estipula la venta del 15% de la casa en un plazo de un año después de la apertura del testamento y un plazo máximo de 18 meses. Posteriormente, los herederos tendrán que transferir entre el 30% y el 54.9% al mismo comprador entre tres y cinco años después.
Según el diario económico Il Sole 24 Ore, Armani determinó en puño y letra lo siguiente: “Transcurridos 12 meses y en los primeros 18 meses a partir de la fecha de apertura de la sucesión, ceder de forma prioritaria a uno de los grupos LVMH, EssilorLuxottica o L’Oréal una “participación igual al 15% del capital de la sociedad” o, según Reuters, a otro grupo de “igual prestigio” identificado por la Fundación Giorgio Armani. Esto se hará “siempre con el consentimiento de Leo (o, en caso de que ya no esté vivo, con el consentimiento de Andrea y Silvana (sobrinos del diseñador).
Como alternativa a la venta, los herederos de Armani deberán buscar una oferta pública inicial (OPI) en Italia o en un mercado de igual prestigio. De acuerdo con El País, la mención de la venta de participantes y de empresas que cotizan en la Bolsa francesa como posibles compradores contrasta con la negativa de Giorgio Armani a diluir su control o cotizar su grupo de la moda.
La participación que tenía en EssilorLuxottica, equivalente a aproximadamente el 2% y con un valor de más de 2.500 millones de euros, se distribuirá en un 40% a Pantaleo Dell’Orco y un 60% a los familiares, mientras deja paquetes accionariales minoritarios a su amigo Michele Morselli y otros colaboradores.
La Fundación Giorgio Armani, creada por el diseñador italiano, tendrá la propiedad total del grupo que, con el 40% del derecho de voto, estará guiado por Dell’Orco. Independientemente de la estructura corporativa que adopte la fundación, poseerá menos del 30% de capital.
Para preservar su legado, Armani dejó escritos los principios fundamentales que deberán guiar a la fundación.
Además, el diseñador dejó el 75% de la sociedad L’Immobiliare Srl, propietaria de inmuebles en Saint Tropez, Antigua, Broni y Pantelleria, a su hermana Rossana y sus sobrinos Silvana y Andrea. El usufructo recaerá en Dell’Orco, quien también tendrá el usufructo vitalicio del edificio de Milán donde vivían.
Armani dejó la propiedad de la St. Moritz a su sobrino Andrea Camerana y el usufructo a Dell’Orco, a quien otorga sus apartamentos en Nueva York y Saint Tropez.
El imperio del maestro italiano estaba valorado en 12.000 millones de euros.