El príncipe William celebró su cumpleaños número 43 con una imagen que tocó fibras: rodeado de cachorros en el jardín de Windsor, sonriente y relajado. La foto, tomada por la princesa Kate, no fue una postal oficial sino un momento íntimo que habla de cercanía, familia y superación.
Tras un año marcado por el diagnóstico de cáncer de Kate y los tratamientos médicos del rey Carlos, este retrato refleja algo más profundo que un festejo: un mensaje de recuperación y unión. La escena, con los perros recién nacidos de su perra Orla, muestra a William más humano que nunca.
La publicación en redes sociales fue acompañada por un mensaje firmado por Kate y sus hijos, que reforzó el tono familiar del momento. En tiempos donde la monarquía busca renovarse, esta imagen representa perfectamente una nueva forma de conectar con el público.