Ha pasado ya una semana desde que la cantante Britney Spears abandonara el centro de rehabilitación en el que ingresó voluntariamente -aunque algunos de sus seguidores llegaron a especular con la posibilidad de que hubiera sido retenida por su familia- a principios del pasado mes de abril: unos días en los que, según cuentan allegados a la diva, esta ha podido retomar poco a poco algunas de las rutinas que definen tradicionalmente su día a día. “Bueno, Britney está tratando de recuperar la normalidad y ya la hemos visto conducir su coche como de costumbre. Básicamente su vida está volviendo a ser la que era, lo que por otro lado desmiente todos esos rumores que circularon sobre aquello que se le permitía y lo que no”, ha asegurado una fuente al portal de noticias The Blast para acabar de zanjar el absurdo debate sobre su presunto secuestro. https://www.instagram.com/p/BwpOJ-XgOYE/ Como era de esperar, la princesa del pop aprovechó los días inmediatamente posteriores a su salida de la clínica para sacar el máximo partido a los estrechos lazos que le unen a sus hijos Sean (13) y Jayden (12), así como para disfrutar del cariño que le brinda su pareja, Sam Asghari, el hombre al que muchos atribuyen -al menos en parte- tanto el portentoso físico que luce a día de hoy la artista como la determinación con la que ha venido afrontando sus problemas más recientes. https://www.instagram.com/p/Bm9eiQEHrIb/ “Britney no podría estar más feliz de haber vuelto a casa. Ha pasado todo el fin de semana con sus chicos, incluido Sam”, revelaba otra fuente a principios de esta semana.