Chespirito se encargó de dejarle todo lo necesario a la madre de sus hijos Graciela Fernández para que continuara con su vida y nada le hiciera falta.
Como parte del acuerdo tras el divorcio, Roberto Gómez Bolaños confirmó que Graciela Fernández recibió una herencia compuesta por bienes inmuebles y objetos de valor.
A Graciela le correspondieron dos casas, varios terrenos y todos los muebles, además de uno de los automóviles preferidos del comediante y una suma de centenarios, esto para garantizar la estabilidad y seguridad de la madre de sus hijos, al no poder continuar juntos.
La magnitud de los activos transferidos a Graciela ha sido considerada millonaria, ya que todos los bienes sumaron un patrimonio valioso que trascendió el aspecto económico.
La decisión, plasmada en las propias palabras de Chespirito en sus memorias, también reflejó su deseo de asumir la responsabilidad emocional y material que acompañó la ruptura.
Según varios reportes, Roberto Gómez Bolaños tenía un “lacerante sentimiento de culpa”, por su supuesta infidelidad con Florinda Meza y su ruptura con Graciela Fernández que intentó reparar sus errores dejándole una millonaria herencia.
El comediante mexicano reveló en su libro “Sin Querer Queriendo: Memorias”, que debido al “remordimiento” que sentía, decidió dejarle a Graciela los bienes inmuebles que habían adquirido durante su matrimonio.