Maky Soler: reencontrándose a sí misma

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Fue en 2003, cuando Maky y Juan Soler llegaron al altar. Su boda se llevó a cabo en el puerto de Acapulco, con más de 200 invitados. Un año más tarde, la pareja anunciaba la llegada de su primogénita, Mía, y sólo dos años después llegó Azul a sus vidas. Luego de 15 años de matrimonio, y de ser considerada una de las parejas más estables del medio, Maky y Juan Soler dieron a conocer su separación a finales del año pasado; a pesar de esto, Maky y Juan se mantienen muy unidos no sólo por sus hijas, Mía y Azul, sino por una historia de amor de más de 15 años. Después de revelar esta difícil decisión, los dos han confesado que esperan que las cosas mejoren y este alejamiento tenga un final positivo. Mientras tanto, la actriz ha aprovechado este tiempo para reencontrarse a sí misma a través del diseño y liderando una tienda de ropa llamada Queen Blood. Durante su visita a la Ciudad de México y en una íntima entrevista, Maky nos habla de la relación que tiene con su actual esposo, de su faceta como mamá y su papel como empresaria.

Maky

Foto: Einar González

¿En qué etapa de tu vida te encuentras?

En la más extraña. Tengo cuarenta y tantos, sin embargo, me siento muy bien físicamente, tengo mucha energía, mis hijas ya están más grandes, entonces, ahora soy más independiente respecto a ellas y estoy disfrutando mucho de la vida intensamente.

Tus hijas, ¿cómo están?

¡Divinas! Mía ya tiene 14, ya va a pasar a high school y Azul pasa a séptimo, ya están enormes.

¿Qué es lo que más disfrutas hacer con ellas?

Me encanta platicar con ellas, eso es lo que más me gusta. Pero también me fascina bailar con ellas, cuando hacen sus playlists... disfruto su mundo, me agrada mucho entrar en la visión que ellas tienen del universo de la moda, pues ellas me mantienen actual.

¿A quién se parecen más?

Están mezcladas. Azul se parece mucho más a mí, porque tiene el carácter fuerte, me confronta bastante. Mía es más parecida a Juan, es más obediente, muy tranquila y adaptable. Las dos son muy responsables y en eso se parecen a mí; a pesar de que yo tuve mucha libertad y me fui de Argentina a vivir a México sola desde muy chica, siempre fui una niña que nunca he tomado ni fumado, como que una voz interna me decía que debía portarme bien y creo que en eso las dos se parecen a su mamá.

¿Cómo te describirías como mamá?

Soy súper barco, muy alivianada, soy más amiga que mamá (risas). Me cuesta mucho poner límites, diría que soy su compañera.

maky soler

¿Qué opinan tus hijas de que sus papás sean famosos?

¡Ay, no sé! (risas) En Miami no hay ese rollo porque tienen amigos de Estados Unidos, de Argentina, de Brasil, entonces no lo padecen tanto. Pero cuando vienen a México y ven que nos piden fotos, lo disfrutan y les gusta (risas).

¿Te gustaría que estuvieran involucradas en el mundo artístico?

No, la verdad es que no me gustaría. A Mía le interesa defender los derechos de las minorías, es medio revolucionaria. Cuando fue el tiroteo en Parkland, ella fue la representante de su escuela y dio un discurso sobre lo shootings, es muy comprometida socialmente. A Azul le gusta todo lo que tiene que ver con la moda, dice que quiere ser modelo.

¿Qué valores o ideologías les transmites a tus hijas?

Que sean compasivas, creo que es un valor muy importante para mí. Que siempre aprendan a ponerse en el lugar del otro, que sean generosas, consideradas y que su felicidad no dañe a otras personas.

Y con Juan, ¿cómo estás?

Bien, superbién, ya ni sé en qué situación civil estamos (risas). No sé, estamos muy bien, somos compañeros, somos familia y nos ha ayudado mucho que los dos somos de Argentina y los dos hemos crecido aquí solos y somos muy unidos; no sé qué vaya a pasar en un futuro, pero definitivamente él es el mejor socio que pude encontrar para las distintas situaciones que me han tocado vivir. Ahora que estamos en un periodo de transición, de separación, que no sabemos si vamos a regresar o no, también es un gran socio.

Maky Soler

¿Qué aprendizajes has tenido durante este tiempo de separación?

Soy alguien a quien no le gusta guerrear, he sido hija única y no estoy acostumbrada a confrontar o a pelear ni a defender lo que quiero… siempre era como, “bueno, me molesta pero no le digo nada”, y dejas pasar cosas, que a lo mejor no son graves, pero se acumulan y luego revientan y entonces dices, “ya no quiero estar contigo” y la otra persona no entiende por qué. Entonces, ahora he aprendido a conocerme, creo que para exigir algo debes saber qué es lo que buscas. En este tiempo me he conocido más, saber qué es lo que necesito para estar bien y acomodarme para lograrlo, porque muchas veces no lo hice, como que mis prioridades eran que Juan o mis hijas estuvieran bien, y yo no estaba tan bien y eso, en definitiva, termina afectando a la familia.

¿Cómo describirías a Juan como papá?

Excelente. Es un gran papá, gracias a Dios él es más estricto. Viene de una familia más convencional que la mía, mis papás son divorciados, de clase media de Argentina, judíos, tomamos todas las terapias de psicólogo de grupo, terapias individuales, de pareja... la familia de Juan es más antigua, más old fashioned y eso lo hace ser más estricto. Él es de blanco o negro, y yo soy más grises, entonces, creo que nos complementamos muy bien.

¿Qué consideras que es lo más difícil del matrimonio?

El matrimonio (risas). El que lo inventó creo que se equivocó.

Te vemos muy guapa, ¿de qué manera te mantienes en forma?

Mira, yo digo que nunca es tarde y mi caso es el mejor ejemplo. A los 42 años empecé a hacer ejercicio, yo odiaba el gimnasio, llegaba a uno y me ponía de mal humor. Y a los 42 años dije, “voy a empezar a ir” porque tenía muchos problemas de espalda, tendía la cama y me quedaba trabada y siempre me dolía algo, entonces empecé a ir con un personal trainer y empecé a hacer ejercicio diario y me empezó a cambiar no sólo el cuerpo, también la mente y mi energía. Mejoró mi alimentación, porque hacía ejercicio. También creo que el estar feliz y agradecida con la vida te hace sentirte óptima y radiar buena vibra.

Platícanos de tu tienda de ropa.

Mi papá y su segunda esposa se dedican a eso, tienen una tienda que se llama Clara Ibarguren, que es el nombre de ella, son dueños de una fábrica y muchas tiendas en Argentina, por lo que siempre estuve familiarizada con la moda y decidí retomarlo y me hizo muy bien porque me recuerda quién soy y de dónde vengo. Mi socia es Rebeca Rosado, la esposa de Yordi Rosado, somos íntimas amigas y nos divertimos mucho y nos va excelente.

¿Cómo nace esta idea?

A mí siempre me decían: “Qué padre tu pantalón, está increíble tu blusa”, y decidí tomarlo como un apoyo creativo, porque me encanta, y también como un negocio. Tenemos una sucursal aquí en México y había una en Miami, que acabamos de cerrar pero está online.

¿Te gustaría regresar a la televisión?

Sí. Me encantaría regresar a la conducción. Estoy pensando en hacer un programa que hable sobre el amor, sobre las parejas… estoy muy enfocada en empezar a crearlo y a producirlo, porque ahora todo ha cambiado, las plataformas ya son muy diferentes. También me gustaría hacer una serie, ya que yo me quedé en la vieja escuela de las telenovelas, creo que hacer una serie sería un desafío muy padre.

Por Mari Tere Lelo de Larrea @CARASmexico
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