Mariska Hargitay, ampliamente conocida por su papel como la detective Olivia Benson en “La Ley y el Orden: Unidad de Víctimas Especiales”, recientemente reveló que sufrió abuso por parte de un amigo cuando tenía 30 años.
A sus 59 años, Hargitay compartió detalles sobre el incidente, enfatizando que, aunque no fue sexual, representó una violación de su espacio personal y un acto de dominio y control.
La experiencia traumática de Mariska Hargitay
La actriz describió el episodio violento con el hombre, cuya identidad no reveló, como un evento que estuvo cerca de volverse físico. Expresó que el abuso no tuvo un carácter sexual, sino que se trató de un acto de “dominio y control” por parte del agresor.
Hargitay intentó diferentes maneras de escapar de la situación, incluyendo hacer bromas y poner límites, pero el hombre la sujetó y la sometió, lo que le causó un profundo terror.
Inicialmente, Hargitay minimizó el incidente, pero con el tiempo comenzó a abordarlo más seriamente. Su comprensión del trauma y su impacto en la psique humana la llevó a hablar más abiertamente sobre el tema.
“Ahora puedo ver claramente lo que me hicieron. Entiendo la neurobiología del trauma. El trauma fractura nuestra mente y nuestra memoria. Como se rompe un espejo [...] Por eso he hablado tanto de la violación por parte de un conocido, porque mucha gente todavía piensa que la violación es como un hombre saltando de entre los arbustos. Este fue un amigo que tomó una decisión unilateral”, dijo.
Esta revelación surgió en un contexto donde aborda la importancia de reconocer la violación por conocidos, un tema frecuentemente malinterpretado o subestimado por la sociedad.
¿Quién es Mariska Hargitay?
Mariska Hargitay es una actriz, productora y directora estadounidense nacida el 23 de enero de 1964 en Santa Mónica, California. Comenzó su carrera en la década de 1980 y alcanzó la fama con su papel en “La Ley y el Orden: Unidad de Víctimas Especiales” desde 1999.
Su interpretación de Olivia Benson le ha valido numerosos reconocimientos, incluyendo un Premio Primetime Emmy en 2006.
La confesión de Mariska Hargitay no sólo arroja luz sobre su experiencia personal, sino que también destaca la complejidad del trauma y la necesidad de una mayor conciencia y comprensión de las diversas formas de abuso, así como la apertura a hablar del tema aunque parezca no encajar en las definiciones actuales.
Su valentía al compartir su historia contribuye a un diálogo más amplio sobre estos temas cruciales, buscando eliminar los tabúes y dar voz a los sobrevivientes de abuso.